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Un nuevo Naranjito

03/02/2020
 Actualizado a 03/02/2020
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Con los agricultores en pie de guerra para denunciar lo que para los productores es una grave crisis la situación que está viviendo el sector primario, este fin de semana estuve en Valencia comprobando que aunque los cultivos son diferentes a los nuestros, los problemas vienen a ser los mismos que en León. Y mucha culpa la tenemos la gente como usted o como yo si vamos a comprar y no miramos la etiqueta ni damos importancia al origen de las cosas.

En este sentido, el de defender los productos patrios y rechazar lo de fuera, ya le he contado alguna vez más que puedo tirar la primera piedra por estar libre de pecado de meter en casa cosas de fuera cuando aquí las tenemos mejores. Pero dejamos la producción tirada en el campo porque al productor español no le compensa recoger el producto a unos precios que no llegan a competir con los que entran del extranjero libres de cargas.

El ejemplo de las naranjas nacionales lo vi estos días en La Ribera, donde el temporal fue la punta de lanza y un motivo para echarle la culpa de la situación cuando realmente el problema está en quien va al supermercado, coge una malla de naranjas –que, sin entrar en si contienen o no productos químicos no autorizados en Europa, encima están malísimas– y si son de Sudáfrica como si vienen de China. Luego ya decimos que es una pena ver campos llenos de naranjas por el suelo...

Me contaba este día un joven empresario del sector de los cítricos que uno de los grandes problemas de la naranja valenciana es la importación, especialmente desde que los acuerdos comerciales de la UE con terceros países (Mercosur y Sudáfrica) permitan traer a España productos sin cargas arancelarias.

Desde lo que el valenciano genuino llama el ‘bressol de la taronja’ también me adelantaba que tiene pensado emprender una campaña para potenciar el producto nacional porque la operación de Naranjito hace casi cuarenta años ya hace unos cuantos que dejó de llamar la atención y de causar efecto. De todos modos, mientras no se entienda la teoría del producto de proximidad, de poco vale que se hagan campañas.
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