Un lugar lleno de restos romanos

En la Maragatería se aprovecharon los castros y se adecuaron otros nuevos para la extracción del oro

Vicente García
06/04/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Una imagen bucólica de las faldas del Teleno. | VICENTE GARCÍA
Una imagen bucólica de las faldas del Teleno. | VICENTE GARCÍA
La conquista de Roma trajo consigo una serie de cambios en la estructura de las regiones dominadas, pasando de una cultura eminentemente castreña, como se ha visto en una ruta anterior con el Castrelín de San Juan de Paluezas, a otra donde los núcleos de población se encontraban en los valles, cerca del agua y los recursos agrícolas. Sin embargo en el Bierzo y la Maragatería se aprovecharon los castros y se adecuaron otros nuevos para la extracción del oro, y en Filiel se puede contemplar perfectamente en la ruta que se propone, en la que se pueden contemplar numerosas murias, conjuntos de grandes piedras apiladas, los lavaderos de las minas y hasta muchos de los canales utilizados para llevar el agua a las zonas donde se requería, para las excavaciones en peine o el arrastre de las capas auríferas.

La ruta pasa por la zona que ha sido adaptada, señalizados y arreglados los caminos con un mirador y paneles informativos que han supuesto un esfuerzo para promocionar la comarca y la minería romana del oro. Sin embargo hay que mencionar que durante algo más de un Km se discurre por el límite del campo de tiro, lo que hace importante informarse de las posibles restricciones.

Desarrollo de la ruta


Parte la ruta de la localidad de Filiel saliendo por el camino del cementerio hacia el Este, y pronto se encuentra un cartel explicativo y una bifurcación: al mirador y a la corona. Seguimos el camino del mirador que se encuentra recién arreglado hasta llegar al Teso del Llambedero, donde hay un mirador a toda la comarca, con el Teleno en primer término y la localidad de Filiel a los pies del Teso. Tras contemplar el panorama se baja hasta el cruce del camino que subía y se sigue en dirección contraria bajando por un buen camino bastante cuidado y conservado, con escalones de piedra en las zonas más pendientes y que da una larga vuelta hasta llegar al camino del pacedero, que es una vega al lado del arroyo que se debe cruzar por un puente de cemento y seguir por la ladera opuesta donde también se ven los restos de las excavaciones de la minería romana del oro. En un punto del camino hay unas trazas de roderas para tractores con matorral en el centro, que si se siguen llevan a un valle cerrado que era un lavadero de oro con bastantes piedras apiladas o murias y un frente que se ve que fue arrasado para extraer el mineral, aunque después de verlo hay que desandar lo andado y volver al camino que sigue hasta que en un momento se introduce en un valle bajo robles jóvenes o cajigos y que tras una pequeña subida se puede ver el talud de la corona del castro.

Es conveniente seguir por la parte baja rodeando esa corona para acceder a ella desde el Este, que es una de las subidas más sencillas. Arriba se puede ver una larga planicie, aunque estrecha, restos de muros de piedra con argamasa que componen la corona del Castro, aprovechado por los romanos en su extracción aurífera y una serie de restos de rocas, que posiblemente pertenezcan a construcciones del castro que no ha sido excavado. También la vista es excelente con el Teleno dominando todo el paisaje.

Para descender se puede hacer por donde se la subido o bajar por el pico suroeste hacia el vallejo que hay a la derecha y de frente, tomando una trocha entre escobas que sube a la loma, ya despejada y que va al límite de la excavación, para seguir al este, donde se encuentra la pista que se utilizó en la ruta de Boisán, sólo que en dirección contraria, algo más de dos kilómetros, y al llegar al límite del campo de tiro, tomar el cortafuegos que va a la derecha durante poco más de un kilómetro y llegar al arroyo del Valle del Prado en la zona de las Presas.

El vadeo del arroyo es complicado en la época de deshielo, pero no imposible. Sin embargo, tras cruzarlo se encuentra un segundo obstáculo: el canal, que a pesar de ser más estrecho que el arroyo tiene el inconveniente que el lado opuesto es bastante vertical y cuesta agarrarse, se puede ir arroyo arriba donde la ladera es menos pendiente y cruzar allí. Se sigue unos metros de cortafuegos y se toma un camino paralelo al canal , que en una revuelta hay que vadear, aunque no es nada problemático, pese a que durante un pequeño tramo el canal va por el camino y hay que salirse a las rocas. El camino continúa y se pasa un desvío continuando paralelos al arroyo. Cuando se han andado dos kilómetros desde el cruce del arroyo en las Presas, se cruza el canal por un puente y se sigue por un terreno llano hacia Filiel, para llegar a una zona rocosa y desde allí bajar por el camino de la Campazuela hasta el arroyo para entrar por el Sur contemplando la iglesia, atravesando las calles y llegando al punto de inicio donde finaliza la ruta.
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