Un leonés aislado dos veces, por el coronavirus y al quedarse sin traductora

Este fisioterapeuta de Fisiorama decidió a finales de año dejar León para embarcarse en una aventura en China, por lo que ha quedado atrapado en las estrictas medidas para combatir el coronavirus y al quedarse sin traductora

Fulgencio Fernández
16/02/2020
 Actualizado a 16/02/2020
Carlos Justel, de Fisiorama, trabajando con el atleta leonés Rubén Mediavilla.
Carlos Justel, de Fisiorama, trabajando con el atleta leonés Rubén Mediavilla.
«Estamos aislados, nadie puede entrar ni salir del centro; aquí (en China) la seguridad es radical». Es la explicación que da el fisiterapeuta Carlos Justel de la situación que vive a causa del famoso coronavirus, ya que lleva unos meses trabajando en China.

Justel, aunque nacido en Oviedo lleva viviendo en León desde los diez años y es muy conocido en el mundillo del deporte leonés como fisioterapeuta, teniendo su último trabajo en Fisiorama hasta que a finales de año decidióaceptar un trabajo en tierras muy lejanas y extrañas pero que se presentaba como la oportunidad de su vida, en China. Desde el 1 de diciembre presta sus servicios cuidando a piragüistas de alto nivel en un lugar que, como podía verse en sus redes sociales, parece idílico: en el lago Hong Feng, en la provincia de Guizhou, lejos del corazón del coronavirus, en un lugar donde no hay nadie infectado pero, como explicaba, «la seguridad es radical y el que no haya infectados no impide la preceptiva cuarentena, sin poder salir del centro».

Carlos Justel y el entrenador de judo gijones Felipe Sánchez han hablado con La Nueva España y allí explica el fisio afincado en León que «maté el tiempo de cuarentena entrenando, leyendo, viendo series y estudiando seis horas diarias»; pero con lo que no contaba Justel es con el contratiempo que le ha sobrevenido y le está causando muchos más problemas que el aislamiento físico. «Las restricciones impiden que pueda entrar en contacto con la traductora que me había puesto la empresa, aquí nadie habla inglés... Estoy vendido, trato de arreglarme con una de esas aplicaciones de móvil pero es muy complicado porque también es muy complicado el contacto con el exterior por las propias restricciones del Gobierno chino».

¿Volver? Ni lo sabe.
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