Un gochín con santo o al revés

24/01/2019
 Actualizado a 10/09/2019
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Al gocho lo único que le mata es el nombre, que no le hace nada de justicia. Y la cosa no mejora cuando los de ciudad le dicen cerdo, para ofender menos, que no es el caso.

Algo parecido a lo que le ocurre al burro, que le mata el nombre, claro que en su caso su segundo nombre, asno, resulta menos hiriente.

Y, sin embargo, pocos animales han logrado que girara la vida en torno a ellos más que los gochos o cerdos;hasta que a los médicos les dio la ‘furfuga’ contra el chorizo y los tienen contra las cuerdas. Por algo hizo furor la expresión aquella de que del gocho gustan hasta los andares.

No en vano para endulzar la amargura del fin de las navidades, de la pena porque nos quedamos a vivir solos con el invierno, llegan las fiestas de San Antón, que es el santo del gochín, y la provincia despierta y levanta el ánimo con celebraciones de todo tipo, con roscones, con subastas, con canciones, con versos populares... «pues hasta San Antón... pascuas son». Y el santo lo sabe, tanto que un año a los cofrades leoneses se les olvidó el gocho del santo para cantarle sus coplas, compraron uno en los chinos para salir del paso y el patrono les mandó una helada que todavía andan encogidos los cofrades.

Goza de prestigio bien ganado, que no olvida el santo cuántas generaciones de leoneses mataron aquel hambre tan cabrón a base de comer cerdo, 365 días al año y los días que no... pues ‘costrabazo’.

Hasta la picaresca acampó en la historia de este animal con santo y cuentan aquella historia del cura al que sorprendieron metido en harina con una feligresa, parecía que tenía mala solución la cosa pero él, ingenioso, explicó: «No es lo que parece, estoy consolando a esta buena mujer, que se le ha muerto el gocho».

Y no pasó nada. Ante una razón de tanto peso...
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