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La Oficina de Proyectos Internacionales de la ULE gestiona y coordina quince proyectos de innovación educativa y formación

L.N.C.
06/12/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Foto de grupo de los miembros del proyecto ‘Evaluate’. | L.N.C.
Foto de grupo de los miembros del proyecto ‘Evaluate’. | L.N.C.
Robert O’Dowd, profesor del Departamento de Filología Moderna de la ULE, llegó a España «escapando del frío irlandés» hace 20 años, el mismo tiempo que lleva investigando la telecolaboración en el ámbito universitario, y que en 2017 se tradujo en un ambicioso proyecto europeo que bajo las siglas ‘Evaluate’ reúne a expertos de nueve universidades europeas, cinco administraciones públicas y la red de universidades del Grupo Compostela. Un consorcio financiado por la Comisión Europea, a través del programa Erasmus + Acción Clave 3, que cuenta con un presupuesto de 450.000 euros y cuya gestión es una realidad gracias a la labor de Cristina Otero, Virjinia Ferrer y Sara Fernández, técnicos al frente de la Oficina de Proyectos Internacionales del Vicerrectorado de Relaciones Internacionales de la ULE.

Los avances que han generado en estos casi dos años protagonizaron los debates de la primera edición de las Jornadas de Internacionalización en casa, organizadas por el Grupo de Trabajo de Internacionalización de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (Crue), celebradas la semana pasada en el Campus de Vegazana. Allí se dejó constancia de cómo la telecolaboración o los también llamados ‘Intercambios Virtuales’ es una herramienta docente que permite a grupos de estudiantes locales llevar a cabo intercambios virtuales, sobre aspectos y contenidos concretos de una asignatura, con otros grupos de estudiantes en el extranjero, a través del uso de herramientas tecnológicas como Skype, Google+ o el correo electrónico. En este sentido, la principal finalidad de ‘Evaluate’ estriba en conocer el papel que desempeña el uso de estos intercambios virtuales entre futuros profesores y maestros en varios países de la UE, para el desarrollo de sus competencias lingüísticas, interculturales y digitales, capacidades que se presentan como puntos fuertes en los profesores del siglo XXI.

Además de practicar idiomas modernos, la telecolaboración ofrece al estudiante la posibilidad de acercarse a otras culturas y de utilizar internet con fines profesionales y educativos. Con este prisma de futuro, el proyecto coordinado por Robert O’Dowd ya ha organizado 25 proyectos telecolaborativos entre universidades por toda Europa y en Estados Unidos, Israel y Brasil, ha formado a más de 40 profesores interesados en aplicar el sistema de trabajo virtual en sus clases, y ya ha recogido la experiencia de cerca de mil estudiantes cuyos resultados verán la luz en septiembre de 2019, fecha prevista para celebrar en la ULE un Congreso Internacional sobre la Telecolaboración.

‘Evaluate’ es uno de los tres proyectos de innovación educativa y formación en los que la Universidad de León figura como institución coordinadora. Los otros dos son ‘Teavet’ sobre desarrollo de competencias docentes para un sistema integral de formación permanente en Albania, y EU-Bank, un proyecto Jean Monnet sobre educación financiera a través de la plataforma y simulador bancario EU-Bank. A estas tres iniciativas se suman otros doce proyectos en los que la ULE figura como socio. En definitiva, una quincena de propuestas que implican relaciones con 45 países y alcanzan un presupuesto global superior a los dos millones de euros.

Un escenario donde se deja constancia de cómo la presencia de la ULE en proyectos internacionales redunda en beneficio de la institución. Cristina Otero, jefa de unidad de la Oficina de Proyectos Internacionales, subraya que ese beneficio se traduce en el hecho de que los docentes «son capaces de presenciar y adquirir buenas prácticas ya contrastadas en otras latitudes, comprueban que sus competencias en lenguas modernas son suficientes y están al nivel de otros colegas internacionales, y adquieren nuevos métodos docentes que luego trasladan a sus planes de estudios». Aspectos muy positivos que motivan que «quien participa una vez, buscará continuar en nuevos proyectos».

Los profesores que se acercan hasta la Oficina para impulsar algún tipo de iniciativa innovadora, demandan sobre todo «orientación acerca de la participación en proyectos internacionales, además de asesoramiento en la interpretación y adecuación de sus ideas a las convocatorias, la búsqueda de socios, la asistencia en la conformación de Redes o el apoyo en la plantificación de presupuestos», señala Virjinia Ferrer al tiempo que concreta que la presencia de la ULE como socio en proyectos de otras universidades «depende más de las personas que de una política institucional o departamental y cuando la idea es buena y su dueño se apasiona, los resultados suelen acompañar tarde o temprano».

La celebración de reuniones internacionales periódicas de los distintos proyectos en las ciudades de León y Ponferrada es otro de los objetivos que se marcan desde la Oficina y que procuran que se materialicen en tres o cuatro ocasiones al año. «Esto no obedece a una frecuencia programada sino a la generosidad de los docentes que ofrecen nuestros campus y presentan nuestras ciudades como destino idóneo para congresos», destaca Otero. Unos encuentros que hacen que León esté más cerca del mundo y que son una realidad gracias al tren de alta velocidad, la oferta hotelera y el atractivo turístico y patrimonial que esconde.
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