Un beso de perdón y pena

28/06/2022
 Actualizado a 28/06/2022
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No llega apretar los dientes o hacer sonar un ingente improperio que resuene en las paredes del mundo. ¿Sirve de algo soltar redes para faenar más rabia? Al ver la silla de ruedas que recoge su cuerpo escueto, maltrecho y sin responder a un movimiento lógico, uno piensa que la letrada merecía la justicia que conocía y no la sinrazón de una bofetada que encontró buscando unicornios. Raquel estaba enamorada de un precipicio. Con tiento pisaba por la orilla, pero pudo más el te quiero que el cuidarse de él, ycerro los ojos. Se dejó caer sin saber qué había en el después. Un te quiero asesino que pintaba en las paredes con un corazón flechado. De aquello queda la flecha y un beso de sangre. Qué suerte encontrarse, decían los abrazos. Lo habían aprendido de la lógica del ser. En la pizarra del comportamiento humano se marca amar y cuidar en la misma línea. Querer y matar son términos contrapuestos. Matar siempre es el antónimo a una razón de la que el ser humano presume, como pensante dice, ja, pensante. Y aún no llego a conciliar tantos infinitivos unidos. Enamorar, despreciar, pegar, doler, soportar, matar… gritar, mentir, escapar, despellejar, robar. No puedo colocarlos en un orden lógico porque me escuece la imagen de Raquel sepultada en una inmovilidad que otro decidió, con las venas heladas y los ojos embebidos de satanases, tirándola por un balcón. Y lo hizo por amor, ja, por amor. Y hablan de justicia, jajajaja, justicia. Confundimos lo justo y lo razonable y a veces eso nos da una descarga eléctrica insoportable. No hay juzgado en el que coja dilucidar el robo de una vida. Aunque le llame hurto, ni usufructo. ¿Hay unjuicio para definir la culpabilidad de un asesino?, ¿un juez con toga enlutada que también haya amado? ¿una abogada que le de la mano a su marido al preparar la defensa de un desalmado? Me avergüenza que se haya construido una sociedad al calor del perdón y la pena. Siempre lo hay, es cuestión de años y de lo bien que escribas en un papel un argumentario atractivo. La lágrima también está. La pena. Pedro puede buscar a otra Raquel a la que embobar con su palabrería chabacana y el recuerdo de frases subrayadas. Raquel, puede que hoy respire un poco mejor. Y, así, la mujer de la balanza, no encuentra el contrapeso.
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