11/06/2022
 Actualizado a 11/06/2022
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Como si de un proceso alquímico se tratara, tengo la impresión de que hemos sido testigos de cómo una mesa se ha convertido en tumbona. Acontecimiento que si lo sabemos explotar, quizás tenga más recorrido que el del supuesto Santo Grial. No sé quién o quiénes son los culpables, pero tengo la sensación de que no hemos sabido aprovechar al máximo la existencia en nuestra ciudad de un candidato a ser el cáliz que fue venerado como el que utilizó Jesús en la última cena. Pero volvamos a la transformación mágica de la mesa en tumbona y dejemos para otra ronda al Santo Grial.

Mientras una es para reunirse e intentar llegar a acuerdos, la otra es para descansar y ver pasar el tiempo a pierna suelta. La cronología lógica sería primero trabajar y gastar algo de energía alrededor de la mesa para, posteriormente y tras conseguir los objetivos propuestos, tumbarse y disfrutar de una merecida recompensa. Pero como León ‘is different’, lo que nos vendieron como ‘Mesa por León’ creo que en realidad es ‘Tumbona por León’. La única duda que se me plantea es cuándo la mesa se convirtió en tumbona, ya que en ocasiones creo que en realidad no hubo ninguna mesa y desde el principio sus participantes estaban acostados en unas cómodas tumbonas. Eso sí, intentando hacernos creer que realmente estaban sentados alrededor de una mesa, que como se definió por sus impulsores «era el último tren para salvar a León».

No hay que ser muy avispado para darse cuenta de que si realmente la ‘Mesa por León’ era nuestra última oportunidad, el presente y futuro de nuestra tierra es desolador y deberíamos pensar en huir en masa hacia una nueva Tierra Prometida. Hace unos días escuchaba a la delegada del Gobierno en Castilla y León justificando la parálisis de la ‘Mesa por León’ por no encontrar fecha para cuadrar agendas de todos los integrantes. Si no fuera por la gravedad de la situación, sería para esbozar una sonrisa irónica. Pero es que ya ni la ironía es válida para describir la vergüenza, hablando decorosamente, de la ‘Tumbona por León’.

En unas semanas entramos en temporada veraniega, así que salvo que la lógica se haga un quiebro a sí misma, si hasta ahora no han sido capaces de cuadrar agendas, imagínense buscarfecha durante julio y agosto. Y así irán pasando los meses y los que se vistieron de salvadores de León seguirán tumbados, a pesar de correr el riesgo de que la provincia llegue al punto de no retorno, si es que no hemos llegado ya. Aunque bueno, el terruño leonés pasará al menos a la historia como el lugar donde una mesa se convirtió en tumbona.
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