Trump no estará en San Froilán, pero "igual pasa luego a tomar café"

El Grupo de Bailes Regionales de Grulleros convida al líder de Estados Unidos a participar en el desfile de pendones y carros engalanados "para darle lustre y salir en los telediarios"

L.N.C.
13/07/2017
 Actualizado a 09/09/2019
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No está del todo descartado, pero todo apunta a que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no acudirá a las fiestas de San Froilán de la capital leonesa, a pesar de haber sido invitado por el Grupo de Bailes Regionales de Grulleros, que se han puesto en contacto con la Casa Blanca para que el dirigente desfile el domingo antes del patrón en el tradicional desfile de pendones y carros engalanados.

La negativa a salir con la agrupación ha caído como un jarro de agua fría en el pueblo y como ha explicado a este periódico suportavoz, Baldomero De la Mar, «salvo dos o tres, que son los de siempre, todos estamos convencidos de que lo de las ‘cuestiones de agenda’ es una excusa para no quedar mal».

No obstante, la asociación está dispuesta a pagarle la gasolina del Air Force One «o lo que sea» porque «es una gran oportunidad de crear sinergias entre Washintong y Grulleros». De hecho, la invitación es una parte más de la estrategia para lograr que Trump esté en León.

«Dulzaineros y tamboriteros llevan un mes ensayando ‘Barras y Estrellas’, tenemos una yunta de ‘Black Angus’ que tira del carro que tiembla el misterio y estamos bordando una pendoneta con un león rampante sobre la bandera nacional americana... Hasta le habríamos dejado llevarla a la entrada de la Plaza Mayor», asegura Baldomero De la Mar.
Sobre los motivos que han empujado al Grupo de Bailes Regionales de Grulleros a invitar a San Froilán al presidente de los Estados Unidos, De la Mar explica que «estábamos un día en el bar tomando algo y pensamos que habría que hacer algo para dar más lustre al desfile y que salga en los telediarios, como Genarín».

El portavoz explica que «uno de Soto dijo que no había huevos de invitar a Trump para que saliera con el carro, valoramos la opción y democráticamente convenimos que eso sería ‘la de Dios’, así que le dijimos al del bar, que controla mucho de eso, que le escribiera por Internet, que el no ya la teníamos». Así fue como en un ‘privado’ de Twitter llegaron hasta el presidente americano, que les contestó, «a una hora intempestiva, por el ‘jet lag’», que su presencia sería difícil, pero que «igual paso luego a tomar café».
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