Tres viviendas ponferradinas, proyecto piloto para conocer la vida en soledad

Una empresa canadiense ha escogido Ponferrada para colocar sensores en esos domicilios y, mediante wifi y una APP que el cuidador pueda conocer rutinas del mayor

Mar Iglesias
17/05/2022
 Actualizado a 18/05/2022
Una de las actividades realizadas por la Concejalía de Mayores y la ULE contra la soledad, las rutas intergeneraciones.
Una de las actividades realizadas por la Concejalía de Mayores y la ULE contra la soledad, las rutas intergeneraciones.
Una empresa canadiense ha escogido Ponferrada para poner en marcha un proyecto piloto relacionado con la teleasistencia y la soledad de los mayores. Se trata de colocar sensores y sistemas que, a través de wifi, permitan conocer las rutinas del usuario como cuántas veces abre la nevera o cuántas va al baño o si está sentado demasiado tiempo. Eso se traslada por una APP puede evitar accidentes caseros y dar asistencia frente a ellos. El proyecto se ha puesto en marcha en tres domicilios y en unas semanas se tendrán los resultados de su efectividad que pdorá trasladarse a otras zonas «habrá que analizar si para los cuidadores es una herramienta para que no estén tan estresados», explica la concejala de Mayores y Participación Ciudadana, Maria Luisa Varela.

Es un escalón más en la lucha que mantiene el ayuntamiento para afrontar la llamada soledad no deseada, un proyecto que se inició antes de la pandemia y que ha ido avanzado a paso lento, por culpa de ese freno obligado. Pero, a lo largo de este tiempo se ha desarrollado el llamado Proyecto Faro, que ha intentado hacerse con una red de «luces» desde las que poder ver ese problema.En torno a este proyecto, se han formado a 17 voluntarios que se han preparado para afrontar este reto y que «han conseguido una conexión muy fuerte con los usuarios».

El proyecto se puso en marcha, de forma experimental, en el barrio del Flores del Sil, desde donde se trabaja, en el centro de Día, pero la intención es ampliarlo «lo iremos haciendo a demanda, porque hay usuarios en otras zonas que nos lo están demandando». Hasta el momento, se presta servicio contra esa soledad no deseada a 13 usuarios del programa, todos ellos del barrio de Flores del Sil y la mayoría, en un porcentaje muy destacado, mujeres «tal vez a los hombres les cuesta verbalizar más ese problema», reconoce Varela.

Son de un amplio perfil y edad, pero la concejala deja claro que sí que se percibe que el problema de la soledad queda fuera de la situación económica de cada individuo. Es otro escenario en el que se mueve este problema para el que ya cuentan con 24 «faros» activos. Es el nombre que se le da a los establecimientos colaboradores con el programa.

Su función es dar la voz de alarma cuando perciban que una persona está en soledad no deseada. La implicación social es aplaudida por la concejala que asegura que muchos usuarios piden ayuda ellos mismos «a través de los Ceas o porque han escuchado algo en la radio». Una vez que se integran en el programa, los profesionales realizan una ficha sobre las necesidades de ese individuo en cuestión «algunos tienen deterioro cognitivo y se les deriva al sistema sanitario, otros, los que más, lo que necesitan es que se les escuche. Son gente que echa de menos hablar con alguien», apunta.

«La soledad no se ha tenido en cuenta, es como un tema tabú», asegura Varela, y eso ha dificultado sacar el problema a la superficie, pero reconoce que queda un trabajo intenso de concienciación y ayuda. Por el lado de la primera, con Dinamia teatro, han comenzado a realizar encuentros teatrales que, bajo el nombre de «Silla vacías» se acerca a este problema. Por la parte de la ayuda, además de la intención de incrementar la formación del voluntariado, lo que se hará, como siguiente paso, es incorporar a la Policía Municipal y a Protección Civil para que sean los ojos que vean dónde está esa soledad «tienen el censo de personas a partir de los 65 años para trabajar. Se formarán para hacerlo», explica Varela.

En estos más de dos años de trabajo intenso en este campo también se ha comenzado a colaborar con la Universidad de León con rutas intergeneracionales que se realizan dos veces por semana y que ayudan a socializar a esas personas en soledad. También con Alzheimer Bierzo participan en un programa sufragado por laCaixa en San Andrés de Montejos, Bárcena y Dehesas un día a la semana. A lo largo de dos horas, los mayores recuerdan su pasado, un complemento a los talleres de memoria que siguen adelante en Ponferrada.

También espera poder realizar un proyecto de terapia animal de la mano de la Cuadra Santa Bárbara, con caballos y enlazar esa posibilidad con la colaboración con el Albergue de mascotas «para que, al lado de los voluntarios, los usuarios puedan pasear a los perros y, si todo va bien, puedan incluso acogerlos para que les haga compañía».

Otra de las ideas es hacer un grupo de radio, desde donde hacer debates abiertos sobre temas relacionados con la soledad.

Varela espera incrementar todas estas actividades con proyecciones, como ya se hicieron con anterioridad que abran una reflexión y un debate posterior, como sucede en las sesiones teatrales. Para todo ello, cuenta con una partida presupuestaria de 40.000 euros, aunque considera Varela que lo que más se necesita en este capítulo «son recursos humanos». Pronto se unirá una trabajadora social, pero asegura que falta una administrativa y una auxiliar.

Trabajo en suicidios

Ampliando este programa, Varela quiere ponerse a trabajar en la ayuda ante el suicidio. A nivel estatal, aplaude que se haya puesto en marcha un número de teléfono para evitar ese desenlace que la persona encuentra a su situación límite. Asegura que el número de suicidios «se ha incrementado mucho, sobre todo con la pandemia» y considera que es necesario atajarlo, aunque «es muy difícil de detectar porque es un problema que se interioriza mucho». El trabajo que propone es «de concienciación» para que las familias puedan saber a qué problema se enfrentan.
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