Tradiciones bercianas

La cocina también deja tradiciones que seguirán respetándose como el pulpo o el bacalao

M.I
03/04/2020
 Actualizado a 03/04/2020
Lambrión chupacandiles a su paso por Ponferrada. :: Ical
Lambrión chupacandiles a su paso por Ponferrada. :: Ical
El Bierzo vive la Semana Santa con un fervor especial que este año llora no poder sacar en procesión a las imágenes de cada municipio. Las Cofradías y Hermandades no vivirán la Semana Santa berciana como se merece, una cita religiosa de este calado, pero lo harán con oraciones en sus casas, como ha pedido la Diócesis de Astorga y siempre está la apertura al mundo desde las redes sociales. Y sin salir de las tradiciones, la Semana Santa berciana tiene una cocina rica que, desde luego, va a poder seguir disfrutándose. El pulpo y el bacalao en Viernes Santo, día de vigilia obligada no faltará en las mesas bercianas. Tampoco los postres que ya estos días están dejando sus olores por las calles. La leche frita o las torrijas ya comienzan a formar parte del menú, a las que se unirán los huesos de santo y a los típicos buñuelos.

Pero la tradición más peculiar de la comarca es la forma de dar la bienvenida a la Semana Santa. En Ponferrada se hace con la cita con el Lambrión chupacandiles, un nazareno ataviado de negro que sale por las calles de la ciudad tocando su campana para anunciar la llegada de la celebración. El Lambrión chupacandiles pertenece a la cofradía de la Hermandad de Jesús Nazareno, la más antigua de la ciudad que data del año 1650 y ya es marca de la ciudad.

Hace cuatro siglos que esta figura testimonia esa apertura a la Semana Santa y desde hace más de un cuarto de siglo, la persona que se enfunda las vestimentas del Lambrión es la misma, Vicente Parra, que conforma la tercera generación de nazarenos. Su abuelo fue el Lambrión antes, hasta el año 1963, y su padre, después, hasta 1990. Pero este año ha tenido que dejar su atuendo a reposo en casa por culpa del confinamiento al que somete la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el espíritu del Lambrión sí estuvo por las calles de la ciudad gracias a una idea que recogió la Policía Municipal de Ponferrada. Con sus altavoces, decidió llevar el sonido de la campana del nazareno por las calles de la ciudad el sábado en el que debía salir por las calles. De ese modo el Lambrión, pese a todo, no faltó a su cita tradicional.
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