Tradición y fervor religioso recorren toda la provincia

El buen tiempo, sin las temperaturas extremas de días pasados, y las muchas ganas de fiesta, tras dos años de duras restricciones con motivo de la pandemia, han condicionado para bien las celebraciones del 15 de agosto en decenas de pueblos leoneses, que han recuperado de esta manera todo el colorido festivo de romerías y fiestas patronales repartidas a lo largo y ancho de toda la geografía provincial.    

La tradicional romería de Nuestra Señora de Boínas, de la que se habla con más detalle en estas mismas páginas, la de Nuestra Señora de Riosol, sin duda una de las más destacadas de la provincia por su gran arraigo popular y por la belleza de un entorno natural como el puerto montañoso de Tarna, la de la Virgen de Trascastro en la comarca del Bierzo, la de Pandorado en la comarca de Omaña, en cuya rogativa ha vuelto a estar presente la sequía que hoy vuelve a ser motivo de preocupación, la de Nuestra Señora de Carrasconte, que ha vuelto a hermanar una vez más a lacianiegos y babianos en torno a su patrona, la de la Virgen de las Angustias en la localidad de Molinaseca o la de Nuestra Señora de Gallegos en Santa Cristina de Valmadrigal, todas ellas y algunas más han llevado la tradición y el fervor religioso a todos los rincones de la provincia en una fecha, la del 15 de agosto, en la que tampoco han faltado las fiestas populares en localidades como Boñar con su carrera en madreñas o la incomparable ‘burrada’.