13/03/2015
 Actualizado a 08/09/2019
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¡Menos mal que ha pasado lo del día de la mujer trabajadora! ¡Que hartura, por dios! ¿Es que esta sociedad se está volviendo loca? ¡Joder, que cruz! Pero bueno, en serio, ¿porqué demonios tenemos que celebrar, un día al año, que las mujeres trabajan?, ¿no lo hicieron siempre?, ¿no son, desde el tiempo de las cuevas, las que más trabajaban del clan? ¡Pues eso!

Lo que sucede, en este momento, incierto y loco, es que tenemos que dar el cante. Ejemplo: no hace mucho, en Madrid, al lado del barrio de Chueca, sufrí una manifestación de un colectivo de transexuales. Iban, detrás de una pancarta, gritando como «locas» un eslogan, por lo menos, ofensivo: «La Virgen del Rocío era un tío». ¿Qué se puede esperar de una sociedad que tolera y alienta disparates de este calibre? A uno, la verdad, es que le da lo mismo; es más, incluso me pareció ocurrente. Pero, en una ‘comuna’ democrática el truco para que todo funcione pasa porrespetar lo que piensan lo demás. Y, en ésta, no se da el caso.

Decía un conocido, sobre todo después de embutir tres o cuatro vasos de vino, que «mira, Vicente, aquí llegan las feministas: joder, que feas son todas». La verdad es que entre las feministas, como en todo grupo, las hay feas, regulares y guapas, ¡faltaba más!

Al final, son así porque el buen Dios lo permite. Y, sobre todo, piensa uno, porque tienen que demostrar algo que no las hace falta demostrar, porque viene en el paquete: son iguales o superiores a los hombres. Pero están llenas de complejos; y, además, suelen escoger muy mal con quién se juntan para hacer las tonterías que hacen todos los hombres, (como género), tales como tener hijos, empeñarse hasta los ojos y morir, en la mayoría de los casos, sin saber porqué han vivido.

Y, en lo tocante al trabajo, que es en definitiva, de lo que uno habló al principio, no hay color: trabajan el doble que los machos desde el primer mes.

En lo que a uno le toca, los ejemplos son de manual. Mi madre es, sin duda, la mujer que más a trabajado en su vida de todas las personas que conozco. De mis parejas, que decir. Me quito la gorra.

¿Qué cobran poco?, mal. ¿Qué son vulnerables en determinados momentos, como cuando quedan embarazadas?, mal. ¿Qué son más explotadas que los hombres? Ah, no. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Para explotado, uno. Salud y más anarquía que nunca.
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