03/05/2017
 Actualizado a 13/09/2019
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No hace mucho tiempo era habitual escuchar como repicaban las campanas de las iglesias, con una frecuencia altísima –casi hasta rozando la estridencia– para avisar a los vecinos de algún incendio en las proximidades. Y, a buen seguro, la gente dejaría lo que estuviera haciendo para, solidariamente, intentar apagar las llamas, ‘equipados’ con poco más que unas cuantas ramas…

Los tiempos han cambiado, y hoy ya no se escucha que se toque a fuego –si me apuras, casi ni a misa– aunque todavía se conserve esta costumbre en algunos lugares. Y no es, precisamente, porque ya no haya incendios…

Acuérdate, por ejemplo, de que hace apenas un par de semanas nuestra tierra volvió a sufrir el azote de las llamas. El 19 de abril, a eso de las ocho y cuarto de la mañana, se registraba un incendio en el pequeño pueblo de Bouzas, en el municipio de Ponferrada. Y, en apenas cuatro días, devoró cientos y cientos de hectáreas de monte en la Valdueza, reduciendo a cenizas el espectacular patrimonio natural característico de la Tebaida berciana. Todo parece apuntar a que el fuerte viento y la propia orografía del terreno dificultaron su extinción, pero ha quedado de manifiesto que los medios con los que se cuenta para luchar contra el fuego son insuficientes. Eso, por no hablar del estudio que la Universidad de León realizó en 2008 –al que no se debió de prestar atención– en el que se advertía ya del riesgo de incendio que había en la zona y proponía medidas para minimizarlo.

Lo de la Tebaida ha sido un mazazo tremendo, y la gente se ha echado a la calle para decir que ya está bien, que es necesario revisar y hacer cumplir la legislación, que hace falta tomar medidas, y que se necesitan muchos más medios.

Y es que nada se puede hacer ya para revertir esta catástrofe. Vale. Pero hay que tratar por todos los medios de que no vuelva a suceder nada parecido en el futuro…

Lo peor de todo es que se dice por ahí que el fuego debió de ser provocado. Como tantas otras veces. Y hasta se intuye que el motivo puede tener que ver con el pasto del ganado. ¿Te lo puedes creer?

Mira… No sé el qué, pero hay algo que está fallando; qué quieres que te diga…
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