Eutiquiano Familiar, Tiqui para todos sus vecinos y su familia, camina para los 90 años con una cabeza privilegiada y los recuerdos tan frescos como si fuera ayer. "Igual duda si le preguntas qué comió ayer pero si le preguntas por las obras del pantano te las cuenta con pelos y señales", dice su hija Raquel.
Tiqui sonríe. Nos pregunta cómo estaba el pantano para una respuesta que el ya sabía pero que la quiso provocar. "Se habló el año pasado tanto de la sequía, tantos reportajes... ¿y qué? Pues que la montaña nunca falla, ahí está, lleno, ahí está el agua. Bien nos vendría que ahora se acordaran también de nosotros", reflexionaeste abulense que no acaba de entender cómo puede haber problemas de agua cómo los vividos en Barrios de Luna, allí a pie de presa. "Bueno, entender sí lo entiendo, pero ésa es otra historia. Cuando se hacen las cosas mal, hay una fuente justo ahí enfrente, en la ladera, que da agua, y buena, para siete pueblos como Barrios pero...".
Este leonés de pura cepa nació en Alcázar de San Juan, en Ávila, y llegó a tierras leonesas cuando sólo tenía 14 años. "Tenía a un tío mío trabajando en las obras del pantano, hay que tener en cuenta que se trataba de un proyecto de los tiempos de la República, y vinimos para acá, no solamente yo, vino mucha gente de todos aquellos pueblo cercanos almío pues aquí había trabajo".Como "todavía era casi un niño" entró primero en los talleres de carpintería. Mirando hacia las laderas del pantano recuerda perfectamente el lugar dónde estaban.
"Aquí a la derecha estaban todos los talleres, el de carpintería y todo lo demás. Ten en cuenta que aquí había que hacerlo todo». Con el tiempo fue cambiando de oficios, más bien de ocupaciones en aquellas obras que "fueron todo un mundo. Mira, enfrente estaba una larga fila de barracones en los que se metían los obreros como podían y no había sitio para todos, hacer una obra así con los medios de entonces es difícil de imaginar".
- ¿Cuántos obreros habría?
- Yo qué sé, muchos. Sólo te voy a decir un dato para que te hagas una idea. Entonces había aquello de las cartillas de racionamiento y yo tenía exactamente el número de cartilla 2.216.
No se le ha olvidado el número de cartilla. No se le ha olvidado prácticamente nada de aquella gran obra que anegó a 16 pueblos. No ha recordado que por allí andaba Ginés y Navarro y la vida diaria en aquel lugar de aluvión de obreros llegados de toda España. "Al final de los barracones había una sala de cine, nos ponían películas el domingo; alguna vez también pasaban aquellas compañías de teatro ambulante. Una de las actrices fue madre aquí en Barrios de Luna, le llegó el momento y... por ahí habrá alguna actriz nacida aquí".
No sabe qué fue de ella pero sí recuerda que otro miembro de una familia de artistas, los Ysbert, sí nació en Barrios de Luna. Fue José S (de Spitzer) Ysbert, actor, guionista, escritor, crítico de cine... Nieto del Gran Pepe Ysbert, hijo de María, hermano de Tony, él mismo explica cómo nació en León y su vinculación con el pantano. "Mi padre era alemán y trabajaba de traductor para los ingenieros de su país que trabajaban en el pantano y así nací yo en 1953".
Otro nacimiento llega cargado de recuerdos para Tiqui y, además, le pone mucho más fácil recordar la fecha de inauguración del pantano de Barrios de Luna, en el que tantos años trabajó. "¿Ves aquel mirador allí en lo alto? Pues allí se hizo la tarima para Franco viniera a inaugurar el pantano, ya sabes cómo le gustaba inaugurar pantanos. Yo trabajé ahí, de carpintero, pero el día de la inauguración oficial, el 23 de septiembre de 1956, estaba en León, en el hospital, pues mi mujer iba a dar a luz. Nació mi hija Raquel". Recuerda Tiqui que fue a ver al ingeniero de las obras y se lo contó, puso a su disposición su coche y le dijo "venga para León".
Pero parece que en el destino estaba escrito que viera a Franco en alguna inauguración y lo vio, en el Páramo. "Después de acabarse lo del pantano trabajé en la construcción de varias centrales eléctricas, como la de Cimanes. Estaba en una, en el Páramo, y vino Franco a inaugurarla, con toda la parafernalia que montaban".
Ya sin parafernalia vuelve a pasar un buen número de meses en Barrios de Luna, mira a la presa, recuerda la vida y sigue siendo la memoria viva del pantano. Lo ha puesto en una placa en la pared de su casa y pronto hará una fuente en memoria de todos aquellos pueblos anegados: Arévalo, Campo de Luna, La Canela, Casasola, Cosera, Lagüelles, Láncara de Luna, Miñera, Mirantes de Luna, El Molinón, Oblanca, San Pedro de Luna, Santa Eulalia de las Manzanas, Trabanco, Truva, Ventas de Mallo.
- ¿Qué tal pagaron a aquella gente?
- Muy mal. Todavía recuerdo al alcalde, Navarrín le decían, negociando a ver si lograba alguna mejora.