Terremoto en la Catedral

El nuevo organista de la Catedral es el joven Francisco Javier Jiménez, procedente de la diócesis de Guadix y que nunca había visitado León. Parecía una noticia más pero una nota pública del anterior organista, Samuel Rubio, fue como un terremoto

Fulgencio Fernández
28/06/2020
 Actualizado a 28/06/2020
Samuel Rubio ha hecho pública una durísima carta contra el Cabildo y el nuevo organista.  | ICAL
Samuel Rubio ha hecho pública una durísima carta contra el Cabildo y el nuevo organista. | ICAL
Primero llegó una nota del Obispado en la que se anunciaba el nombramiento de tres nuevos canónigos: «Los sacerdotes diocesanos Florentino Alonso Alonso y Rubén García Paláez, y el joven presbítero de la Diócesis de Guadix, con la debida autorización de su obispo y con nombramiento ‘ad tempus’ por tres años con el oficio de organista, entran así a formar parte como capitulares de este colegio de sacerdotes integrado en estos momentos por diez presbíteros tras los respectivos nombramientos que rubricada el obispo Julián López el pasado día 12 de junio».

No parecía encerrar nada más. En el último apartado se había ‘colado’ el nombramiento del nuevo organista como fruto del «concurso oposición» que había convocado el propio obispado, pero unos días después llegó un verdadero terremoto en forma de nota de prensa de Samuel Rubio, en la que además de anunciar que deja la dirección del Festival de Órgano escribe párrafos muy duros, poco habituales entre integrantes de la iglesia y el cabildo. Pero lo eran:

— Me duele cuando pienso que no se haya tenido en cuenta la propuesta presentada formalmente por mi parte, tanto al obispo como al cabildo, con motivo de mi jubilación. Allí se reflejaba la conveniencia del nombramiento del hasta entonces organista residente de la catedral, intérprete de reconocido prestigio internacional y capaz de continuar desarrollando un proyecto litúrgico y cultural acorde con la dignidad del templo y del propio órgano; de esta manera nos equipararíamos por fin a las grandes sedes europeas como Westminster, Colonia o Notre Dame.

— Me duele cuando pienso, con todos mis respetos, que se haya elegido para el cargo de organista a un candidato que no considero en absoluto persona cualificada para la responsabilidad que corresponde al organista titular de la Catedral de León.

Son solamente dos párrafos, hay más pero estas dos son significativas y ‘apuntan’ claramente hacia el Cabildo de la Catedral. Parece que tendrá respuesta, pero de momento prefieren guardar silencio, según reconoció ayer Primo Panera. Pero parece que esgrimirán estatutos, temas legales, aunque parece que prefieren que pase la onda expansiva del momento.

Por su parte, el nuevo organista prefiere no pisar este charco y él tan solo insiste en la legalidad y limpìeza de su elección, argumentando además que «jamás he estado en León, presenté mis méritos y he sido elegido, ni yo conozco a nadie en León ni nadie de Leónme conocía a mí»(en referencia a quienes le han seleccionado como organista.

El tiempo dirá.
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