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Tal o cual magnitud

29/03/2021
 Actualizado a 29/03/2021
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En el siglo XVII los callejones de Edimburgo en los que vivían los más pobres se sellaban con sus habitantes dentro cuando la peste se descontrolaba. No se les negaba la salida, se les cerraba el acceso a al mundo. Aquellos eran los medios que había entonces, por inhumano que parezca. También hubo sanatorios de tuberculosos en lo alto de la montaña. Hoy hay conciertos con 5.000 personas que pasen un test de antígenos previo. Para el resto medidas sanitarias. En la medida está la clave. La magnitud, de lo que sea, salud, dinero, poder, influencia, diputados, carga vírica, antígenos… marca las relaciones. En función de tal o cual magnitud te puedes relacionar o no, de una forma u otra.

Los pasaportes y las exigencias que llevan aparejadas para cruzar las fronteras nunca han dejado de existir, aunque la globalización nos haya hecho creer que en algún momento que el mundo era nuestro. En la mitad de los hostel del planeta, con todo el buen rollo del mundo, el anfitrión te despedirá con un «puedes volver cuando quieras», pero se callará que él no podrá ir a verte.

El sábado ‘solo’ fueron 5.000 los que pudieron entrar a ver a Love of Lesbian en un concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona como los de antes, con bar y todo, aunque con mascarillas. Seis se quedaron a las puertas por dar positivo en el test de antígenos obligatorio previo y ahora habrá que esperar a ver el resultado de esta prueba piloto que ya tiene candidatos a la réplica. Y aquí es donde me asaltan las preguntas: ¿Habrá verbenas como la del Palau este verano? ¿Harán los test donde se cogen los tickets para la tasca? ¿Serán los mayores de 80 los únicos que puedan salir al baile? ¿Resbalará la bola del tiro al mono después de desinfectarla? ¿Podrán los feriantes y las comisiones de fiestas hacer experimentos como los de lo más potente de la industria musical? Claro que son preguntas retóricas, por la magnitud de la respuesta que me espero.
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