"Soy el uróboro, la culebra que se come su cola"

Ramón Villa, un clásico del arte leonés, inauguró el sábado su exposición ‘Retornos’ en el Museo de la Industria Harinera de Gordoncillo

Fulgencio Fernández
28/09/2020
 Actualizado a 28/09/2020
Ramón Villa con Urbano Seco, alcalde de Gordoncillo, en un momento de la inauguración de la exposición ‘Retornos’ en el museo. | MIHACALE
Ramón Villa con Urbano Seco, alcalde de Gordoncillo, en un momento de la inauguración de la exposición ‘Retornos’ en el museo. | MIHACALE
Me siento como el uróboro, esa serpiente que se come su propia cola formando un círculo que cierra su propia historia». Con estas palabras explica el artista leonés Ramón Villa el título de la exposición que acaba de inaugurar en el Museo de la Industria Harinera, La Panera, de Gordoncillo: «Retornos».

-So variados los ‘retornos’ que se producen con esta exposición; el primero el retorno a las raíces, el regreso a Gordoncillo, de alguna manera mi pueblo pues de allí era uno de mis abuelos, es muy agradable volver y, además, a un marco tan impresionante como este museo, a esa vieja panera de los años 40 de tapial, adobe y madera, con unagran sala para exposiciones que permite una visión panorámica de la obra».

Y también el retorno, el mito del eterno retorno, está presente en la filosofía de la muestra que ha llevado hasta Gordoncillo, con sesenta obras de pintura y cinco esculturas. «Si esta pandemia que sufrimos ha tenido una cara positiva en mi caso es que he podido trabajar en el estudio de las tierras de Rueda, con los materiales que había por allí y he pintado mucho. Y en esos momentos de tranquilidad y reflexión me he dado cuenta de que en estas últimas obras, en lo que estaba haciendo ahora mismo, regreso a la misma temática de las obras de mis inicios, ya hace medio siglo».

Y con una selección de todas esas obras, las que acaba de crear en los últimos meses, y las de diversas etapas de su producción ha reunido las que se podrán ver en Gordoncillo hasta finales de año. «Rebuscando en el estudio encontré una obra en papel, de 1980, que casi ni recordaba y que está en ‘Retornos’. Era un homenaje a los matéricos y escultores vascos, y así se titulaba, homenaje». Y desde ahí una selección hasta nuestros días que «mirándola en su conjunto ves que has mejorado, entiendes que el arte es un camino hacia una perfección que jamás llegas a alcanzar, lo que te permite mantener los retos, las ganas de seguir aprendiendo y evolucionando». 

En ese recorrido de cincuenta años hay guiños de todo tipo, al mar y sus azules, que marcó una etapa de Ramón Villa y también hace hincapié en la exposición de finales de 2019, en la «que estaba muy presente la naturaleza, era como una denuncia contra el maltrato que estamos ejerciendo con ella» y en ese querer ver una cara positiva de lo que estamos pasando reflexiona que «me encuentro muy tranquilo y muy agusto trabajando en el mundo rural, y allí he podido ‘escuchar’ cómo en este tiempo que hemos estado confinados la naturaleza ha dado un grito de satisfacción, veo desde las tierras llanas de Rueda la profundidad del campo de vista, hasta las montañas, ya nevadas hace unos días». Por eso también celebra haber llevado la muestra a Gordoncillo. «El mundo rural se presenta ahora como el marco ideal para las actividades culturales, centros como este de Gordoncillo, el de La Vid... A ver si es cierto que comenzamos a ver a nuestros pueblos con otros ojos».

Esa tranquilidad del mundo rural hace que Ramón Villa también este pensando en una nueva etapa y en otros retos. «Me gusta mucho la tranquilidad del taller, me encuentro muy bien, y creo que es también momento de pasar página, de alguna manera, de mi etapa en la Academia Leonesa de Gastronomía, que fue apasionante y en un mundo que me gusta, pero ya calzo 72 tacos y creo que es un buen momento para volver al estudio, disfrutar del campo y de la pintura o la escultura. Me apetece mucho».

Y para cerrar los ‘retornos’ de la vida actual de Ramón Villa el leonés señala que en este tiempo ha hurgadomucho «en mis papeles, fotos y recuerdos de aquella etapa en el mundo de los rallyes... hasta el puntode que se van a cumplir 50 añosde mi victoria en una carrera y estoy pensando en ponerme al volante para celebrarlo, por un día, ya me han preparado un Fiat Panda».

El eterno retorno de Ramón Villa.
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