Soto Villapadierna logra reabrir el polvorín y crea 5 empleos directos

"Vimos que la puesta en marcha de este polvorín sería viable y en el mes de marzo del 2016 nos lo adjudicaron directamente", dice Alfredo Soto

Alfredo Hurtado
31/01/2018
 Actualizado a 19/09/2019
El polvorín de Boñar fue reinaugurado el pasado lunes. | A.C.
El polvorín de Boñar fue reinaugurado el pasado lunes. | A.C.
Después de varios años de negociación, el grupo empresarial Soto-Villapadierna de Boñar ha reabierto el antiguo polvorín que llevaba cuatro años y medio cerrado. Las instalaciones fueron reinauguradas el pasado lunes con la presencia de Pascal Lacourie, director de la zona Europa Continental de EPC, propietaria de las instalaciones del polvorín, y Javier Muñoz, director de EPC en España, así como autoridades locales, además del antiguo director del polvorín, Pablo Caballero, y mandos de la Guardia Civil.

Según manifestó Alfredo Soto, gerente del grupo empresarial Soto Villapadierna, «vimos que la puesta en marcha de este polvorín sería viable y en el mes de marzo del 2016 nos lo adjudicaron directamente, y ya en noviembre del 2017 sale de las instalaciones  el primer camión de explosivos».

EPC cuenta ahora con tres depósitos de explosivos en España, uno en Andalucía, otro en Galicia y el de Boñar. Dentro de sus actividades está la fabricación y distribución de explosivos, perforación y voladuras, demolición y logística, así como energía concentrada para su utilización en explotaciones de canteras y minas a cielo abierto. «El periodo ha sido largo para lograr la reapertura, sobre todo porque la reglamentación cambia constantemente, pero hoy estamos contentos y si todo va bien podríamos pensar para un futuro la implantación de una fábrica de explosivos en éstas instalaciones», manifestó Lacourie. Muñoz destacó la importancia de este nuevo punto de distribución, que conlleva la creación de cinco puestos de trabajo directos, con la posibilidad de que esta cifra se duplique en unos meses. Si se llegara a crear un centro de fabricación, la misma cifra volvería a multiplicarse, asegura Alfredo Soto.
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