Sorpresa de arte en el árbol

Carlos A. Cuenllas y sus alumnos de Maristas San José han puesto en marcha un nuevo proyecto artístico en el que se aprovechan los huecos o ‘heridas’ de las cortezas de los árboles de la ciudad

Cristina Centeno
11/12/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Polo, alumno de primero de la ESO, dibujó este búho con lápiz, que fue colocado en un árbol situado junto al montacargas del Museo de León. | L.N.C.
Polo, alumno de primero de la ESO, dibujó este búho con lápiz, que fue colocado en un árbol situado junto al montacargas del Museo de León. | L.N.C.
Los leoneses que estos días hayan paseado por la parte trasera del Museo de León o por la plaza de Santo Martino se habrán llevado una grata sorpresa al descubrir que los huecos de los árboles situados en esas zonas del centro de la capital estaban tapados por pequeños dibujos que decoraban su corteza.

Eran dos animales, un gato y un búho, dibujados por dos alumnos del colegio Maristas San José que forman parte de un nuevo proyecto que desarrolla el artista y profesor leonés Carlos A. Cuenllas, dentro de la asignatura de Educación Plástica, Visual y Audiovisual que imparte en Secundaria y que tendrá continuidad una vez pasadas las vacaciones de Navidad con otras intervenciones en la ciudad.

La idea, basada en el trabajo de la artista china Wang Yue en la ciudad de Shijazhuang –una de las ciudades más contaminadas de su país–, es colocar dibujos realizados en papel aprovechando los huecos o ‘heridas’ de las cortezas de los árboles. Estas «efímeras» intervenciones artísticas urbanas, explica Cuenllas, buscan provocar esa «pequeña sorpresa» entre los viandantes para sacarles «una sonrisa».

Han tratado de adaptar las piezas al hueco exacto de los árboles, del mismo modo que los dibujos de Wang Yue, aunque ella pintaba sobre la misma corteza y los estudiantes leoneses tienen un folio como soporte que luego encajan o ‘pegan’ con mínimos puntos de cola blanca. Antes de poner en marcha el proyecto, Carlos Cuenllas consultó el posible daño que estas intervenciones podrían tener para los árboles y qué materiales eran más óptimos para fijar las pinturas. «Hablé con varios expertos», asegura el profesor, y todos coincidieron en que no era dañino y que materiales como la cola blanca podían llegar «hasta a proteger la corteza si eran heridas del árbol», por lo que decidió poner en marcha su plan.Por el momento, el búho –elaborado por Polo, un alumno de primero de la ESO, y colocado en el árbol situado junto al montacargas del Museo de León– y el gato –dibujado con acuarela por Li Xu, de tercero, y encajado en Santo Martino– han sido las primeras obras de este proyecto que seguirá creciendo y que tiene en el día de ‘colocación’ otro momento fundamental, ya que los alumnos han de observar qué hueco se adapta al dibujo, la mejor forma de hacerlo...Cada dibujo se queda en el árbol hasta que la meteorología o los factores externos lo permiten, por lo que es proyecto completamente efímero. Eso sí, además de sacar una sonrisa a los que descubran los dibujos, Carlos Cuenllas y sus alumnos quieren sensibilizar con sus obras sobre el cuidado del medio ambiente, una intención que comparten con la artista china Wang Yue. Como plan educativo, además, los estudiantes tienen como objetivo «contribuir, aunque sea mínimamente, a la mejora de su entorno más próximo, además de mejorar en la técnica propia de la asignatura y educarse en valores tales como el respeto o la conciencia medioambiental».

No es la primera vez que Cuenllas saca a los estudiantes de las aulas para realizar este tipo de obras. Lo hizo detrás de la Delegación de la Junta, en las escaleras del barrio de San Esteban o –más recientemente– en un buen número de alcantarillas de la ciudad, entre otras. Unas iniciativas gratificantes para los alumnos, ya que «pueden compartir su trabajo» con el resto de leoneses, siempre combinándolas con las tareas diarias dentro de las aulas.

Después de varios años trabajando en esta línea, son ya ellos los que proponen en ocasiones nuevos proyectos. «Ven la ciudad de otra forma», asegura Cuenllas, y cuando van por la calle y ven, por ejemplo, una esquina «fea o desconchada» sugieren la idea de intervenir allí.

No a todos les gusta por igual pero, por regla general, «son ellos a los que les apetece y quieren hacerlo», asegura el profesor y artista. Eso sí, cuando «nos metemos en un lío más grande» como por ejemplo el de las escaleras, antes de ponerlo en marcha pregunta en clase para ver si les apetece o no. La respuesta suele ser afirmativa.

Carlos Cuenllas ha encontrado en sus alumnos el equipo perfecto para llenar de color y alegría los rincones y elementos menos favorecidos de la ciudad.
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