Solo el cielo no se sumó a la fiesta

Villavente vio la esperada reaparición de Clemente después de 4 y años pero cayó una gran tromba de agua cuando disputaba su primer combate y se suspendió el corro

Fulgencio Fernández
26/07/2021
 Actualizado a 26/07/2021
El presidente de la Federación, Ángel Rivero, charla con los árbitros y dos representantes de los luchadores, Adrián Rodríguez y Moisés Vega, La Roca. | SAÚL ARÉN
El presidente de la Federación, Ángel Rivero, charla con los árbitros y dos representantes de los luchadores, Adrián Rodríguez y Moisés Vega, La Roca. | SAÚL ARÉN
La Sobarriba no defrauda en la parte que a ella le corresponde pues sobre el cielo aún no tiene ‘decisión’. Y así este domingo la lucha tenía en Valdefresno una gran fiesta. Pradera en perfecto estado, todos los detalles, muchos luchadores y, sobre todo, muy buena entrada en las gradas, prácticamente llenas todas las gradas montadas, que son muchas pues es un corro de amplio  diámetro. Respondieron los aficionados que saben que aquí, en la Soba, es donde se escriben las leyendas. Y donde nacen.

Todo parecía perfecto pero alguien que lo controla todo en esto de la lucha, Clemente Fuertes, El Junco de Tendal, cuando el sábado le pregunté si iba a reaparecer este domingo como se rumoreaba, respondió: «Podría ser que volviera y cuando fuera a luchar se ponga a llover porque el tiempo da agua a partir de las seis de la tarde».

Y también acertó. Tanto que cuando el cielo no se quiso sumar a la fiesta, a las siete y media de la tarde, se estaba produciendo el momento más esperado de la tarde, el regreso a los corros de Clemente Fuertes.

En ligeros reapareció Javi Oblanca y la victoría fue nuevamente para Víctor, ante un feliz finalista, FerEra el momento esperado, aquel en el que un paisano de la Sobarriba, quería entrar en el olimpo de las leyendas, pues aunque parece que ya no es tiempo de leyendas, que está muy alta la puerta de acceso a ellas, ayer se sentía que se podría abrir el cielo de los califas de la lucha para coronar a otro. Clemente Fuertes, El Junco de Tendal (de la Sobarriba), no anunció que iba a regresar después de años de silencio pero tampoco lo negó. Y corrieron  ríos de palabras. En todas las casas. En todas las cena y en todos los filandones.

El Junco ya estaba en el santoral de la lucha. Lo ha ganado todo y tiene un récord casi imposible (ser campeón en las cuatro categorías) pero para ser leyenda hace falta otra cosa más. Y él lo iba a intentar en su tierra. Volver, ¿y ganar?

En ello estaba. Curiosamente en medios, después de haber ganado su última Liga en semipesados, es decir, utilizando el argot de la lucha «estaba fino». Eran catorce en el peso y estaban los grandes nombres del peso: Moisés Vega, La Roca (al que viene bien el aplazamiento pues la vacuna le había dejado algo ‘baldao’), Adri el ganador en Quintana, Diego Arce y Lixer Campos, a los que pongo juntos porque impresionan con su físico; Adrián Fierro... en fin se anunciaba batalla.

Empezó con suerte Clemente y fue el que quedó exento en la primera ronda, para medirse en la segunda con el joven Agustín Alvarado. A las siete y media se repitió la cerrada ovación de la presentación y se agarraron. Poco tiempo, una caída para Clemente... y el chaparrón. Se acabó. Sigue el domingo que viene.

Pero hubo un antes. Ya iba hora y media y se habían disputado las dos categorías de ligeros, masculina y femenina, con desigual presencia de luchadores: 13 en chicos y  3 en féminas.

Estaban las dudas de los regresos. Ibán ‘El Guerrerín’ no lo hizo pero andaba por la grada, lo que quiere decir que anda ‘avionando’ cómo están los rivales. Todo apunta a que cualquier día da la sorpresa.

La ‘soñada’ reaparición de Clemente se hizo realidad, en medios, y en su primer combate... llegó la trombaQuien sí estaba, ya anunció que lucharía algunos corros, es Javier Oblanca. La Cátedra Ambulante ha vuelto y le tocó medirse con el juvenil David Riaño en lo que parecía un combate lleno de simbología. Empataron a una caída y en la grada había expectación cuando el de Villabalter remató con veteranía. «A perro viejo no hay cus cus», dijo el paisano que todo lo lleva a los viejos dichos. Después dio cuenta Oblanca de Alejandro Franco, El Halconero, uno de esos luchadores capaz de todo, especialmente con  la mediana, pero no es Javi el más propicio para dejarte trabar la maña que a ti te apetezca e intentó algo tan curioso como valiente, con la mediana trancada intentar trancar también a la otra pierna. Nada más que le vio Javi las dos piernas en el aire... costalada.

Pero en la semifinal le esperaba Víctor Llamazares, y ésa ya es otra historia. El Hombre Tranquilo sigue intratable y no le dio ninguna opción, como tampoco se la dio en la final a Fer, que ya estaba feliz con meterse en la final en su tierra después de un duro combate con Jorge Iglesias en la semifinal. Ojo a los dos. Son muy jóvenes. Luchan y tienen muchas ganas.

En femenina sólo eran tres. El eterno problema. Y después de una trabada semifinal entre Sandra y La niña Justel, con un rebote considerable de Isa ante la media caída al retortijón, la también judoka Sandra se llevó el combate ante otra Fierro, Ainoa, que nada pudo hacer.

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