Silvia Astorga: "El lazo rosa no ayuda a nadie"

Silvia Astorga es una chica leonesa que actualmente está en tratamiento oncológico, lleva desde el 15 de septiembre de 2016 luchando contra el cáncer de mama y buscando apoyo a través de su blog, ‘No solo un lazo rosa’, y de las redes sociales Instagram y Facebook, donde ya se ha convertido en una verdadera heroína gracias a los consejos que brinda a sus seguidoras.

Comenzó con el blog al poco tiempo de conocer el diagnóstico de su enfermedad y, ahora, se ha convertido en un imprescindible en su vida. Los primeros meses buscó ayuda de personas que estuvieran viviendo una situación similar a través de las redes sociales. Fue tal la utilidad de las informaciones intercambiadas, que quiso compartir ella también temas cotidianos, consejos y pequeños trucos que le habían hecho la vida un poco más fácil.

‘No solo un lazo rosa’ proviene de su oposición al lazo rosa que se atribuye normalmente al cáncer de mama. Con el blog pretende visibilizar y concienciar a los lectores de su gravedad y de la necesidad que existe de inversión para investigación. Aborda el problema de forma realista, pero sin pesimismo, "el lazo rosa no ayuda a nadie, solo sirve para comercializar, ojalá sirviera para que cesaran las muertes", afirma Silvia.

Profesionalmente siempre se ha dedicado al Social Media Marketing, está en contacto con las redes de forma continua. Y más ahora, porque suponen para ella una vía de desahogo, donde exterioriza sus sentimientos y efectos secundarios para que otras pacientes en fase más avanzada que ella puedan ayudarla. "Necesito tanto sus palabras y comprensión como la actuación del médico, me aportan paciencia y positivismo".

Mamagram es un grupo formado por diferentes chicas que se encuentran en distintas etapas del cáncer de mama. Sin prácticamente darse cuenta, compatibilizaron a través de Instagram y, ahora, han creado una gran familia, donde sus experiencias, dudas y miedos, encuentran un gran apoyo basado en la más fiel empatía, "somos amigas, compañeras de experiencias en lo bueno y lo malo, protagonistas de nuestra historia y ejemplo de vida. Un placer y un honor compartir siempre nuestros consejos, y sentirnos tan unidas a pesar de la distancia geográfica".

Sin las redes sociales hubiera sido muy complicado obtener apoyo real. "No me puedo imaginar que sería de mi vida sin redes, me sentiría hundida e incomprendida en el momento más duro de mi vida. Vería todo mucho más negro si no existiera Internet".

Por todo ello, siente que ahora es ella la que debe aportar su granito de arena y contesta decenas de correos electrónicos a diario. "Ahora ya es como un hobby el tema de las redes, al que dedico tiempo cada día. Es mucho lo que me llevo a cambio", confiesa esta luchadora.