Conscientes de este privilegiado entorno, el Ayuntamiento de Burón seleccionó este verano siete rincones especiales en cada una de sus siete pedanías -Burón, Casasuertes, Cuenabres, Lario, Polvoredo, Retuerto y Vegacerneja- para colocar el banco más bonito de cada una de las localidades. Estos bancos tan especiales se ubican en emplazamientos que conjugan a la perfección unas vistas impresionantes y un acceso sencillo desde cada una de las poblaciones. De este modo se logra un doble objetivo: ofrecer una colección de lugares en los que disfrutar de paisajes privilegiados y, a la vez, crear distintas oportunidades fotográficas para todos los públicos donde realizar sorprendentes instantáneas que sirvan como postales de cada uno de los siete pueblos. Con esta iniciativa, pensada tanto para residentes como para visitantes, desde el Ayuntamiento se pretende divulgar los inigualables paisajes que se pueden fotografiar desde muchos puntos del municipio.
Mirva-Rabanal y Monte Ranedo
El municipio cuenta con diversas rutas para los amantes del senderismo como Retuerto-Polvoredo, Burón-Retuerto, Burón-Valle de Anciles, Retuerto-Fuente del Infierno, Burón-Santuario del Pontón, o Burón-Ermita de Riosol. Sin embargo, y sin desmerecer a estos senderos, destacan con nombre propio dos: Mirva-Rabanal y Monte RanedoMirva-Rabanal (PR LE-21) es una ruta de tipo circular que parte del área recreativa de Mirva, en Burón. Con una longitud de 13 kilómetros y una duración estimada de unas cinco horas nuestros pasos seguirán el arroyo para descubrir amplios pastizales, laderas boscosas, el Collado del Prao Llao con vistas al macizo central de Picos de Europa, el Alto de la Giesta, y el valle de Rabanal.
Si nos decantamos por Monte Ranedo (PR LE-31), este sendero nos ofrece una ruta circular de unos seis kilómetros que parte y finaliza en la Casa del Parque Valdeburón. Atravesando los prados de siega del valle de Hornedo para llegar a Polvoredo, avanzaremos en dirección a la Peña del Prao las Cortinas, pasando la Fuente el Pastor para recorrer un extenso pastizal, piornales y bosque. Rodearemos la majada para ascender a La Collada, donde nos deleitaremos con la visa del valle de Pedroya. A través de un hayedo con abundantes robles seguiremos nuestro camino paseando por las espesuras del Monte Ranedo, lugar desde el que comenzaremos de nuevo el descenso para regresar a Lario.