"Siempre puedes vivir de aquello que te gusta"

Zona Cerámica en Orzonaga ya es un referente para toda la comarca. Es la casa de los artesanos, el lugar de los talleres, una casa de barro con las puertas abiertas, una exposición permanente... Y mucho arte y artesanía de la mano de Henar Herrero y Enrique Elizaga

Fulgencio Fernández
26/02/2016
 Actualizado a 15/09/2019
Henar y Enrique reconocen que han encontrado en Orzonaga el entorno ideal para su trabajo artesanal. | MAURICIO PÑA
Henar y Enrique reconocen que han encontrado en Orzonaga el entorno ideal para su trabajo artesanal. | MAURICIO PÑA
Unas vidas pueden desembocar en Orzonaga casi sin buscarlo... O no tanto. «Conocíamos la comarca, las Hoces de Vegacervera, la Cueva de Valporquero, pero Orzonaga no. Queríamos una casa en un pueblo de la montaña. Encontramos esta casa y aquí llevamos 14 años, estamos encantados. Cuando llegamos íbamos buscando, ahora ya hemos encontrado». Así lo cuentan Henar Herrero Arranz y Enrique Elizaga, artesanos de larga tradición, ceramistas reconocidos y unos enamorados de su trabajo y, sobre todo, de trasmitir sus enseñanzas, de compartirlas.

- ¿Fue fácil abrirse camino en Orzonaga, se puede vivir de la cerámica en un pueblo de la montaña?

Claro que el entorno te influye, sin que seas consciente de ello te acaba saliendo en las formas, los colores... - Vaya por delante que creemos que siempre se puede vivir de aquello que te gusta, eso es fundamental, si tu estas feliz con tu oficio vas a tirarpor él, seguro. Ysobre lo segundo la verdad es que no nos podemos quejar, nos ha ido bien desde el primeraño, hay que tener en cuenta que nosotros llevamos el trabajo con nosotros, en nuestras manos;y también mantuvimos muchos de los clientes que ya teníamos y la presencia en las ferias», señala Henar.

Y también fueron amoldando su casa a su forma de entender la vida y su trabajo. Así nació Zona Cerámica, que es mucho más que una casa en la que trabajan dos artesanos, es un centro de muchas cosas. Allí vienen celebrando desde hace más de una década talleres con una excelente acogida, primero en la comarca y cada vez se va apuntando gente de más lejos. «Acabamos de iniciar otro nuevo taller y hemos tenido que hacer dos grupos, con gentes de la comarca y otros que vienen cada día desde León u otros puntos más alejados de Orzonaga». Y, además de los talleres, la casa alberga siempre una exposición permanente con las últimas obras de Henar y Enrique y mantiene las puertas abiertas. «Claro que nos encanta que venga la gente a ver, a preguntar, a charlar, pero es bueno que nos llamen antes para saber si estamos, porque también impartimos talleres por muchos pueblos, ahora mismo los tenemos en Valdepiélago, Vegas del Condado, Brugos de Fenar, Boñar... Es curioso, pero senota diferencia entre los alumnos de unas comarcas y otras, en las piezas, en los colores, en las texturas».

La ventaja que tenemos nosotros al trasladarnos es que llevamos el trabajo con nosotros - ¿Y a vosotros os ha influido asentaros en Orzonaga, en la montaña?
- Mucho, no te lo imaginas. Nos ponemos a reflexionar sobre lo que hacíamos hace 15 años y lo que estamos haciendo ahora y hay un mundo. Lo curioso es que tu ni te das cuenta. Nosotros somos muy de naturaleza, pero vivir en plena naturaleza te acaba impregnando y eso acaba saliendo, en los colores, en las formas, en las texturas... A fin de cuentas nosotros lo que hacemos también es contar una historia, con nuestras armas, que en este caso es la cerámica».

También van cambiando los gustos lo que obliga a Henar y Enrique a vivir en un proceso continuo de investigación. «Hay cosas que gustan mucho, que les llama mucho la atención, como las lámparas traslúcidas y en los últimos tiempos los libros personalizados, y ahí otras, como las setas, que tienen legiones de fieles».

Pero HenarHerrero Arranz con lo que más entusiasmada se muestra es con los talleres que cada año imparten en Zona Cerámica. «Es un proceso colectivo.

El proyecto colectivo que hacemos en cada taller resulta muy enriquecedor para todos, e ilusionante Nosotros para cada taller proponemos un proyecto nuevo y diferente, para que aquellos alumnos que repiten (algunos han venido en once ediciones)siempre encuentren algo diferente y, sobre todo, participen en él. Porque cerramos el curso con un proyecto común:Hace dos años la historia del libro de Ariadna, el año pasado fue un poema en color, con páginas de cerámica, versos... Nos costó trabajointegrarlos en procesos comunes porque somos muy individualistas, pero después se han dado cuenta de la importancia del trabajo en común, cuando presentamos el trabajo de todos, alumnos y nosotros, en la feria de Boñar».

Asus talleres acuden gentes de edades muy diversas, desde los 30 años aproximadamente hasta prejubilados, jubilados... y de profesiones y formas de vida muy diversas. «Eso también es muy enriquecedor».

Este año están trabajando en lo que llaman piezas en crecimiento. «Consiste en ir haciendo piezas similares, de formas muy parecidas, y así van creciendo. Pero lo que no podemos adelantar es el proyecto colectivo, eso es un secreto, incluso para los que participan en el taller».

Aquellos aprendices de artesanos que cada día se acercan a Zona Cerámica, una casa y un rincón de Orzonaga, para encontrase con una forma diferente de entender el arte, la naturaleza, el barro o la vida.
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