Siempre está tu hijo mirando

24/10/2019
 Actualizado a 24/10/2019
24-10-2019-a-la-contra.jpg
24-10-2019-a-la-contra.jpg
En estos tiempos en los que te vigilan y graban en todas partes: en el cajero automático; al pasar por delante de bares, colegios, bancos y tiendas de guardar; en los organismos oficiales y hasta en la trasera de los coches...

En estos días en los que te fotografían y graban con cualquier cámara de móvil, ‘tablet’ o artilugios similares; ya nadie se percata de que también pueden estar mirando y grabando en su cerebro ojos humanos, la única cámara que además de grabar piensa.

A la abuela, que era conciliadora y sabia, acudían vecinos para pedir consejo sobre lo que habían dicho o hecho y siempre les regalaba la misma reflexión para que en el futuro antes de hacer algo contaran hasta cien: «¿Qué pensaría tu hijo si te estuviera viendo? Seguro que te daba vergüenza».

No deberíamos echar en saco roto el consejo. Los ojos de los niños siempre están mirando, vete a saber desde dónde, desde el interior de un gigante, de un muñeco, de un cabezudo, de una mascota o de un seto del parque en el que se han mimetizado hasta parecer una rama más, pero son mucho más.

Piénsalo. Siempre está tu hijo mirando, o pudiera estarlo. Son unos ojos que no graban como las cámaras de los bancos, son ojos a los que herimos con imágenes y actitudes que nada han hecho para sufrirlas.
Lo más leído