01/02/2015
 Actualizado a 12/09/2019
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Lanzar un mensaje claro y encaminado a conseguir resultados inmediatos. Procurar ser educado sin perder la contundencia y mantener la calma ante cualquier situación. No dejarse intimidar y ser exigente con uno mismo y con los demás. Transmitir el valor del esfuerzo predicando con el ejemplo. Estar siempre abierto a la negociación si las circunstancias lo requieren.

Calma, amigo lector; esto no es un manual de autoayuda. Son las virtudes de las que hacía gala uno de los personajes secundarios (y más recordados) de la película ‘Pulp Fiction’ (1994), de Quentin Tarantino. Seguro que a más de uno le suena aquel señor Lobo interpretado por el pétreo Harvey Keitel, encargado de ‘limpiar’ con destreza y rapidez marrones de cualquier tipo. Y aquí es cuando echa a volar mi imaginación...

Cualquiera podría pensar que este país necesita de un señor Lobo que se encargue de arreglar el desaguisado montado por corruptos que lo mismo sobornan sobre en mano que le compran a la parienta un nuevo kit de lencería fina a través de una tarjeta más negra que el carbón. Por no hablar de inútiles gobernantes sin escrúpulos ni empatía con el prójimo, y no miro a nadie, que de éstos los hay de todos los colores.

Atendiendo a las miles de personas que ayer acudieron a la llamada de Podemos en la Puerta del Sol de Madrid, parece que muchos piensan que Pablo Iglesias es una suerte de señor Lobo en versión de hombre de Estado revolucionario. El pelo engominado de Keitel queda sustituido por la coleta de Iglesias, así como el esmoquin del primero por la camisa y pantalón de sport del segundo. Si en ‘Pulp Fiction’ Harvey debía dejar inmaculado en tiempo récord el coche en el que Travolta había esparcido los sesos de un pobre infeliz, el ya idolatrado Pablo tendrá que enfrentarse a la tarea de sacar la basura que otros han generado al tiempo que mantiene limpia su propia casa. Ahí está la diferencia entre estos dos lobos. El personaje ficticio trabajaba solo. El candidato a presidente del Gobierno, por contra, se hace acompañar de un equipo de amigos-compañeros (y novia de IU) que ya han provocado más de un fuego que el bombero Iglesias ha tratado de sofocar con su todopoderosa manguera televisiva.

Cuidado con la euforia, que todo está por hacer. El señor Lobo de nuevo cuño debería tener en cuenta aquella frase tan soez como ilustrativa que pronunció el secundario de ‘Pulp Fiction’ por obra y gracia de su creador Tarantino: «Buen trabajo, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía».
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