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Se reanuda la matraca

17/04/2022
 Actualizado a 17/04/2022
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A mediodía de hoy habrá quedado resuelta la Semana Santa de León 2022. Con el acto del Encuentro entre el Resucitado y María –ya despojada del luto– en la plaza de Regla, se escribirá el capítulo final de siete días emotivos e intensos. La suelta de palomas –momento cumbre de la simbología católica frente a la Catedral leonesa– será, a la vez, el inicio de la cuenta atrás de una nueva Semana Mayor. Y vuelta a la normalidad. Y a lo mismo de siempre.

Sin embargo la ulterior pasión política se iniciará mañana, Lunes de Pascua. Como en la película ‘El día de la marmota’. Atrapados en el tiempo. La tabarra sobre la malísima ultraderecha y su pacto con el PP para gobernar la birregionalidad autonómica volverá, incandescente, al punto de salida de los partidos y de (algunas) redacciones subsidiadas. Con ahínco y ardor malintencionado. Y, eso sí, a repetir el guión. ¿Qué iba a hacer y decir sino, por ejemplo, Luis Tudanca, el ‘amo’ de los socialistas castellanos y leoneses, para justificar el sueldo y el cargo? Él y el resto de los líderes (es un decir) de la oposición –de variadas tonalidades, como bien se sabe– se han unido y, en comandita, están vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado. Vox, profetizan, va a dejarlo todo como un solar. Al estilo de Atila. Y es un suponer, en este caso, que los animalistas oficiales y gritones, que también cojean de lo mismo, no se escandalicen por el símil del plantígrado y la escopeta.

Da repelús que las izquierdas se hayan agarrado al mismo discurso, calcado, para desacreditar a los de Santiago Abascal y al recién aterrizado Feijóo. No paran. Se vuelven cansinos. Agotadores. Aburren a la parda alpina. Sin ir más allá, el propio Tudanca comparecía esta misma semana frente a los periodistas en la sede del PSOE en León, con el único fin de poner a parir la coalición de Vox y los ‘mañuecos’. Ahora bien, sin preguntas, no fuera que se le atragantaran las respuestas y no está el horno para bollos. A eso se le llama cobardía y mediocridad. Miedo a la situación de su propio partido, que hace a pelo y a pluma si del poder se trata.

Tampoco se quedó corta la ‘brillante’ –que también es un decir– Adriana Lastra, la número dos de los socialistas y una de las hormiguitas de Pedro Sánchez. El ‘cerebro’ de Ferraz se apuntó a la misma retahíla que Tudanca para analizar –tómese como graciable eso de analizar– la alianza (legal) de las derechas en Castilla y León. Ella, que se retrata con los de Bildu y con el deslenguado Rufián –que no son dudosos en sus aspiraciones de joder España y trocearla– debería meterse la húmeda en las asentaderas, dicho sea sin el mínimo respeto y en expresión popular modificada. Sería lo suyo.
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