"Se cree que captar fondos privados para la universidad es una forma de privatizarla"

El Instituto Nacional de Administraciones Públicas (Inap) premia una tesis doctoral de la ULE sobre la financiación universitaria en tiempos de crisis

Rosa Álvarez
17/12/2018
 Actualizado a 19/09/2019
El autor (3d) junto a miembros del tribunal, los directores de la tesis y su madre el día de la lectura.
El autor (3d) junto a miembros del tribunal, los directores de la tesis y su madre el día de la lectura.
El descenso de la financiación pública al sistema universitario español –afectado por la crisis económica– hizo que cambiara el sentido de la tesis de Javier Fernández Fernández, defendida recientemente en la Universidad de León (ULE). Un viraje en la temática del que el autor no se arrepiente, ya que el resultado final ha venido acompañado de varias buenas noticias. La primera fue el haber obtenido una calificación «excelente», según sus propias palabras, y la segunda le llegó en forma de premio. El Instituto Nacional de Administraciones Públicas (Inap) reconoció con un accésit su trabajo y publicó su obra de la mano de la editorial internacional MacGraw-Hill. «Es una satisfacción enorme», resume.

En la tesis, titulada ‘La financiación en las universidades públicas en tiempos de crisis: El papel de los Consejos Sociales en la búsqueda de financiación privada’, el jurado del premio Inap para tesis doctorales valoró «el interés y el carácter innovador» de su contenido en relación con la organización y el funcionamiento de las administraciones públicas, así como «la calidad científico-técnica, el rigor en los análisis y en la elaboración de las conclusiones, y la relevancia teórica y práctica de las aportaciones».

Este reconocimiento cobra más importancia todavía si se tiene en cuenta que el premio Inap para tesis doctorales calificadas con sobresaliente cum laude es «uno de los más prestigiosos que se otorgan en España en la rama de conocimiento de Ciencias Sociales y Jurídicas», advierte la Universidad.

Cuando Javier Fernández inició los cursos de doctorado en los años 90 había depositado un título bien diferente: ‘El consorcio de empresas como vía para la comercialización de productos agroalimentarios’. No obstante, el paso de los años y sobre todo el cambio de puesto de trabajo del autor hizo que se apartara de su idea inicial y apostara por investigar sobre la financiación en las universidades públicas. Fernández trabaja actualmente como funcionario en el servicio de Acción Social de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y consideró en su momento que adaptar el contenido a su función era lo más adecuado. Eligió la financiación porque resulta vital para las universidades públicas, más todavía cuando escasea y existen dificultades económicas, y porque lo considera, al mismo tiempo, un tema «apasionante». «Todo el mundo habla de que la financiación en la universidad es pequeña, es escasa, de que ha habido muchos recortes, y pensé... esta es la mía. Investigué y conseguí terminar la tesis», afirma.

Durante el desarrollo de este trabajo Fernández asegura que se llevó una «grata sorpresa» porque hay una figura «muy desconocida en el sector universitario y fuera de él más todavía, la del Consejo Social, que tiene entre sus cometidos precisamente ese, el de la búsqueda de financiación adicional para la universidad». Así, hace del Consejo Social el eje principal de su trabajo, pero además, aborda otras cuestiones como que no se reclame financiación a otras instituciones. «No vi ni encontré ninguna documentación con la que las universidades demandaran a los poderes públicos una ley de mecenazgo más satisfactoria, o que demandaran fondos privados», dice. Sí que se topó, no obstante, con «una gran controversia» respecto a ese último punto, la captación de fondos privados. «Existe la creencia errónea de que captar fondos privados para la universidad es una forma de privatizarla», sobre todo por parte de los alumnos, incide Fernández. De hecho, apunta que en su tesis y en el libro que le publicó el Inap recoge una fotografía que hizo en el campus de Somosaguas –en el que trabajó– en la que una pintada llamaba a las empresas a quedarse fuera de la universidad, lo que le lleva a preguntarse: «¿Dónde piensan trabajar después esos chavales? Es un contrasentido. Yo lo veo así».

Por contra, añade que en América –lejos de lo que ocurre aquí– sí que está «muy extendida» una figura que tiene una gran relevancia en la financiación de las universidades: la del antiguo alumno que actúa como mecenas porque quiere devolver a la universidad lo que obtuvo de ella. «Son personas que están trabajando en puestos directivos, que tienen unos buenos sueldos y que reconocen que están ahí gracias a su paso por la universidad y quieren ayudar de alguna manera financiando proyectos de investigación, con subvenciones, etc.». Para Fernández existen múltiples vías por explorar para captar más financiación, sobre todo partiendo de un punto fundamental, que es que la universidad «es un bien para la sociedad porque está formando a futuros profesionales». Por ello, subraya, debe tener «una financiación estable y conocida, porque si no sabes cuánto vas a ingresar no puedes hacer unos planes de futuro, es difícil organizarte». No obstante, su trabajo va más allá todavía y además de la financiación recoge aspectos que también ve claves, como la gobernanza universitaria.
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