Se cierra la veda, a pescar al sereno

Este domingo se cierra oficialmente la veda en León, si bien quedarán muchos tramos de ríos para poder seguir pescando incluso hasta el 15 de octubre

Rodrigo Prado Núñez
29/07/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Un pescador intenta realizar una captura en un río leonés. | R.P.N.
Un pescador intenta realizar una captura en un río leonés. | R.P.N.
Se acaba. Parece que fue ayer cuando estábamos preparando nuestros señuelos para comenzar una temporada prometedora. Lejos queda aquel día que todos los pescadores, con ilusiones renovadas, nos hacíamos a los ríos con nuestras cañas en ristre dispuestos a disfrutar. Las fuertes lluvias, que llegaron a destiempo, originaron desbordamientos y ríos impracticables para nuestra afición durante muchos días, pero ahora no valen lamentaciones y cierto es que aunque fue una temporada irregular el balance no es negativo, se pescó y disfruto mucho de unos ríos generosos, de unos ríos naturales que, con altibajos, estuvieron a nuestra disposición durante muchas y satisfactorias jornadas.

El sereno de mañana, cuando la naturaleza se empieza a desperezar, es uno de los momentos más plácidos El próximo domingo, día 31, se cierra oficialmente una veda que en León se abrió el día 3 de abril para las aguas trucheras, pero aun no llegó el momento de entonar “el pobre de mi”. Por suerte aun nos quedan muchos tramos de ríos para poder seguir pescando, algunos hasta el 31 de agosto y otros hasta el 15 de octubre.

Se retrasa el cierre al 31 de agosto en las siguientes aguas trucheras:Río Curueño, en su curso, desde su nacimiento hasta el límite inferior del Coto de Valdepiéago; río Sil, aguas abajo del embalse de Las Rozas y sus aguas embalsadas hasta el embalse de Bárcena; río Cabrera, en su curso hasta su unión con el río Sil; y río Tuerto, aguas abajo del embalse de Villameca hasta la presa de Barrientos, límite de las aguas trucheras.

Cuando anochece hay que evitar los enredos a toda costa, porque la falta de luz complicaría rehacer el aparejo Se retrasa el cierre al 15 de octubre en las siguientes aguas trucheras: Río Cea, desde el puente de Villamartín de Don Sancho hasta el límite con la provincia de Valladolid; río Esla, aguas abajo del embalse de Riaño y sus aguas embalsadas; río Luna, aguas abajo de la central de Mora y aguas embalsadas del embalse de Barrios de Luna; río Órbigo, en todo su curso hasta el límite de las aguas trucheras en su confluencia con el río Tuerto; río Sil, aguas abajo del embalse de Bárcena y sus aguas embalsadas; río Porma, aguas abajo del embalse del Porma y en las Aguas de Régimen Especial del embalse del Porma.

En todas estas aguas señaladas se pescará en la modalidad de pesca sin muerte, solo se podrá utilizar la mosca artificial, en cualquiera de sus variedades, así como la cucharilla de un solo anzuelo. En ambos casos, el arponcillo del anzuelo deberá estar ausente o inutilizado.

Pescar al sereno

Cuando llega el verano, con las altas temperaturas y el sol radiante, la pesca de la trucha se limita a las horas de más penumbra del día, el amanecer y el atardecer. Es en esos períodos serenos de mañana y tarde que el río toma vida, los insectos ocupan ese fresco espacio y las truchas se activan en busca de su alimento preferido. Los serenos siempre tienen algo especial que, al pescador más deportivo, le transmiten esas sensaciones de placer y bienestar que va buscando al río. Hay pescadores que enfocan sus días de pesca solo hacía los serenos, son instantes de empezar o acabar el día y pescando es una buena manera de hacerlo. Es el momento de los tricópteros y las saltonas, imitaciones más efectivas en las horas del amanecer y el anochecer.

El sereno de mañana, cuando la naturaleza se empieza a desperezar, es uno de los momentos más placidos para el deporte de la pesca, el silencio invade un río encantado que nos ofrece su generosidad, y las truchas, mientras el sol se inventa el amanecer, comienzan a desarrollar su actividad y es entonces que las posibilidades de pescarlas aumentan considerablemente. Luego, poco a poco, según el sol vuelve a rebrillar las truchas se ocultaran, en sus refugios naturales, de la luz y los depredadores.

El sereno del atardecer es, con toda seguridad, el momento más pretendido por los pescadores. Ese período, en que el sol nos dice adiós regalándonos un cielo rojizo, coincide casi siempre, con la mayor actividad de los peces provocada por esas eclosiones tardías de los insectos acuáticos que invaden el río. Una cuerda de saltonas o un tricóptero en mosca seca pueden hacerde ese momento de pesca una fiesta. En esos minutos de gozo, cuando las sombras se apoderan del río, hay que evitar los enredos a toda costa, porque la falta de luz nos complicaría muy mucho el rehacer un aparejo con ciertas garantías. Tenemos que tener en cuente que el artículo 58 de la Ley 9/2013limita la practica de la pesca al periodo comprendido desde una hora antes de la salida del sol hasta una hora después de su puesta.

El Omaña, uno de los mejores ríos trucheros de todo el país

Los picos de el Nevadin, Villabandin, la Magdalena, Leitariegos, Somiedo, Ventana y Mesa, que no son pocos, escurren sus ricas y filtradas aguas entre limites de Asturias y León dando vida a unos de los mejores ríos trucheros de este país, el río Omaña.

Estas aguas puras van progresando y con el aporte de sus afluentes del Valle Gordo, Ariegos, Negro y Valdesamario forma un importante caudal, que en época de deshielo se puede descontrolar preparando algún destrozo. Desciende rápido de norte a sur bañando toda la comarca de Omaña con su capital Murias de Paredes y todos sus pueblos ribereños que se muestran muy orgullosos de este su río. Luego aguas abajo se unirá al río Luna para juntos conformar el Órbigo. En sus corrientes de agua cristalina amen de barbos, bogas y otros peces, se crían y desarrollan unas truchas salvajes que atraen a pescadores de todas partes. Es un río de los mejores para pescar amosca, a cucharilla y a la leonesa, es un río para todos.
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