Saúl Tejada sigue intentando remontar el combate de su vida

Casi 2 años después de entrar en la UCI, aún no habla ni camina, pero "come solo, escribe, esboza alguna palabra y es consciente de todo"

Jesús Coca Aguilera
08/08/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Saúl Tejada, durante el homenaje que recibió en Cembranos después de proclamarse campeón de España. | DANIEL MARTÍN
Saúl Tejada, durante el homenaje que recibió en Cembranos después de proclamarse campeón de España. | DANIEL MARTÍN
Hace ya casi dos años, en aquella trágica defensa del título de campeón de España que realizaba frente a Moncho Miras en A Coruña, el mundo de Saúl Tejada se transformó para siempre.

En un recordatorio, de esos que todo el mundo puede aportar algún ejemplo, de cómo la vida puede cambiar en un segundo, lo que debía ser ‘un día más en la oficina’ para el leonés, donde la alegría era volver a reinar a nivel nacional y la tristeza ser destronado, terminó con el inicio del combate más importante que había afrontado nunca.

Una pelea cruel y a largo plazo, en la que como tantas veces hizo sobre el ring, Saúl Tejada se encarga de demostrar que ni el rival más poderoso puede tumbarle.

Su enemigo actual, el más duro al que nunca se ha enfrentado, ya le tuvo contra las cuerdas en un primer momento, en aquella UCI del Complejo Hospitalario de A Coruña donde todos los que le rodeaban temieron por su vida en las horas críticas que sucedieron a la operación de una hemorragia cerebral causada durante la pelea.

Pero de la lona, con la cuenta arbitral llegando a su final, Saúl se levantó para seguir luchando. Y consiguió ir ganando asaltos. Como el día que empezó a respirar por sí mismo. Aquel en el que nueve meses después salía del coma. El que pudo volver a comer por sí mismo. O el que volvió a su casa de toda la vida tras su paso por el Hospital de Sevilla.

Vive con sus padres en su casa de la calle Saúl Tejada, en Cembranos. Tuvo que ser reformada para adaptarla Y allí, viviendo con sus padres en la calle Saúl Tejada de Cembranos, pues así la bautizó el Ayuntamiento de la localidad tras proclamarse campeón de España, el púgil leonés sigue intentando remontar el combate de su vida.

Aún no puede hablar. Ni tampoco caminar, aunque va consiguiendo tenerse en pie. Pero sí que va haciendo pequeños avances que influyen mucho en la manera de afrontar el día a día.

Por las mañanas, acude todos los días a León para trabajar en un centro especializado de rehabilitación. Y por las tardes es habitual verle por las calles de Cembranos, siempre con la silla de ruedas que todas las veladas benéficas y donativos que tuvieron lugar tras su accidente contribuyeron a poder comprar, puesto que pasó a ser un elemento tan imprescindible como lo era adecuar para su estado el hogar familiar.

"Los médicos nos dicen que, aunque no con la facilidad de antes, pero sí que puede llegar a hablar" "De ánimo y cara está mucho mejor", explica el alcalde de Cembranos, Santiago Jorge, amigo del púgil, que cuenta además cómo "ha venido a la casa del pueblo, que es donde están sus amigos y donde entrenaban y siguen entrenando, y notan los progresos".

"Conoce a todo el mundo, se emociona mucho y se entera de todo, es consciente de lo que le rodea", añade Santiago, apuntando que "no puede mostrar lo que piensa ya que no lo puede decir todavía, pero las expectativas son buenas, ya suelta algún esbozo de palabra y los médicos nos dicen que, aunque no con la facilidad de antes, pero sí que puede llegar a hablar con el tiempo".

Ese será un objetivo fundamental. Como también lo sería volver a caminar. "Sobre todo la parte derecha no es capaz de moverla, pero se tiene en pie", explica el alcalde de su localidad, que cuenta cómo "él cosas sencillas nos las puede escribir y por ahí sabemos que tiene conocimiento pleno, sólo que está limitado para expresarse".

Es uno de los avances, como lo fueel "comer solo, que al volver de Sevilla había que darle casi todo y ahora no", que ha tenido y que ayudaron a mejorar un día a día en el que "ve muchos vídeos, que los pasa por el móvil".

Una batalla dura que le hace tener las emociones a flor de piel. "Va mucha gente a verle, muchos del mundo de boxeo, y de hecho hasta a veces tienen que recortar algo porque se fatiga y se emociona mucho. Cada vez que voy siempre me abraza y a veces hasta se le escapan las lágrimas".

"De ánimo y cara está mucho mejor, se emociona mucho, conoce a todo el mundo y se le notan los progresos" Son las consecuencias de estar disputando una pelea de ese nivel, una de la que en Cembranos nadie se olvida. De hecho, todos los chicos que entrenaban con él tienen colocados unos botes donde recogen donativos para su recuperación. Y todos los vecinos confían, en que en las fiestas de su localidad, esas en las que un día fue pregonero y que se celebran en la segunda semana de agosto, pueda estar presente y ser uno más disfrutándolas.

Sería un pequeño pasado hacia la normalidad. Esa que un día Saúl Tejada lucha por alcanzar. Esa que le permita levantar los brazos y dar por ganado el combate final.
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