Cuando en 1996 Enrique Morente y Lagartija Nick se unieron para crear esa joya llamada ‘Omega’, todo el mundo de la música coincidió en el acierto y la trascendencia para el flamenco de una propuesta que ‘metía mano’ a un estilo intocable para los de dentro y quizás por eso desconocido para los de fuera. Desde ahora el flamenco vive inevitablemente una nueva etapa de la mano de Rosalía. Con 25 años esta barcelonesa no solo se ha atrevido a intentar actualizar el género a los nuevos tiempos, sino que lo ha hecho con mucho éxito. Solo el tiempo dirá hasta qué punto trasciende este ‘El Mal Querer’ en el que nada está dejado al azar, pero todo apunta a que su triunfo no será solo de puertas para adentro sino que puede convertir a su artífice en ese artista transversal en cuanto a la internacionalidad del que España carecía.
Un álbum corto, apenas media hora, que cuenta la historia de un amor fallido a través de 11 capítulos donde las letras son el principal elemento narrativo, pero que a la vez es intentendible sin las melodías clásicas del flamenco revestidas por sonidos pop y electrónicos que tienen en El Guincho a su gran artífice. El canario es la otra pata de este proyecto donde los beats, los loops, los sampler y el vocoder tienen sitio junto a mil y un guiños a las referencias pop de una ‘millenial’ que ha mamado flamenco.
Un disco para descubrir a través de las escuchas que terminan dejando la sensación de estar ante algo grande.