Romera y Redonda tiran por San Isidro

Un carro con el patrón de los labradores tirado por dos vacas recorrió las principales calles de Santa María del Páramo donde este miércoles toca celebrar la fiesta de quienes trabajan la tierra

T.G.
15/05/2019
 Actualizado a 18/09/2019
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No hay santo sin milagros, y son muchos los que se le atribuyen a San Isidro Labrador. Multiplicó el trigo con el que dar de comer a las palomas, consiguió que los bueyes arasen solos mientras él rezaba, salvó a un burro del ataque de un lobo, hizo que un puchero no tuviese fondo y dar con él de comer a muchos y consiguió que lloviese cuando la sequía acuciaba al campo. Todo ello le hizo merecedor de convertirse en el patrón de los labradores, una festividad que es fecha de guardar el 15 de mayo en muchas localidades del sur de León donde la actividad agrícola es uno de los pilares de su economía y la sostenedora de buena parte de los censos del medio rural.

Hablar de la agricultura en León es hacerlo del Páramo leonés, una comarca transformada con la llegada de nuevos regadíos que dejaron atrás los cultivos de secano para convertirse en vergeles llegada la primavera. Para los más mayores ver esas grandes estructuras metálicas que abastecen de agua el maíz también es cosa de milagros, pero ahí poco tuvo que ver San Isidro. Los avances tecnológicos han posibilitado la transformación que en realidad hace que queden menos labradores y más agricultores que ya no tienen solo unas pocas hectáreas, sino muchas y eficientes. Mucho más que hace medio siglo.

Pero por si el Santo todavía estuviese en disposición de interceder, hay que pedirle. Y en Santa María del Páramo le han pedido este miércoles una buena cosecha, que vengan sano el maíz, que el agua caiga cuando tenga que caer y que el pedrisco ni aparezca. Puestos a pedirle, los agricultores parameses también le piden no tener que curar sus cultivos de plagas y “que las administraciones encargadas del sector se pongan las pilas para avanzar en la modernización de los riegos”. Por pedir que no quede, “y que en general tengamos una campaña cojonuda, que aquí es de lo que se vive”. Por si acaso, todo fueron alabanzas al santo que en un carro bien engalanado recorrió las principales calles de la ‘capital’ paramesa tirado por Romera y Redonda, dos vacas que llegaron de Valdesogo de Abajo para tirar por San Isidro y para que así el santo tire del campo. “De lo malo siempre sobra, así que, que nos guarde el maíz, no vaya a ser”.
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