07/10/2022
 Actualizado a 07/10/2022
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Da la sensación de que en el mundo del deporte muchas veces existe solo el blanco o el negro, que si eres de un equipo no puedes reconocer lo bien que lo hace el rival o incluso alegrarte si le va bien.

Obviamente no es esta provincia ajena a ello y desde León, hace mucho más tiempo del que a muchos nos gustaría, se tiende a obviar que hay un equipo de fútbol en la provincia que lo está haciendo mucho mejor que la Cultural.

Porque no reconocer lo muy bien que se vienen haciendo las cosas en Ponferrada y concretamente la Deportiva es negar la evidencia con una cinta en los ojos de nombre forofismo. La Ponferradina puede presumir hoy de ser un club asentado en el fútbol profesional, lo que le ha permitido realizar una inversión millonaria que, pase lo que pase, dejará un futuro mejor a la entidad y a los que por ella pasen y, con mucha razón el mayor motivo de orgullo de los aficionados blanquiazules, con inversión íntegramente berciana con todo lo que ello supone.

Hay mucho que aprender de lo que se hace en El Toralín para, ojalá, poder disfrutar muy pronto de un derbi en la categoría que merecen ambos clubes y que, como mínimo, es la Segunda División. Detalles que marcan la diferencia y que se tienden a ver mucho más a aquel lado del Manzanal hacen inevitable que uno, siendo socio de la Cultural desde pequeño, acabe sintiendo simpatía por el eterno rival. Querré que mi equipo les gane siempre, a poder ser cada vez por un gol más, pero eso no quita para que si consiguen algún éxito merecido como llevan haciendo los últimos años me alegre por las personas que, como los de aquí, apostaron por ser del equipo de su ciudad antes que dejarse llevar por los efluvios de grandeza de los poderosos.
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