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Riesgos de la ‘resiliencia’

08/07/2021
 Actualizado a 08/07/2021
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La Unión Europea habilitó los fondos denominados ‘Next Generation UE’ para facilitar e impulsar la salida de la crisis. Estos fondos se sustentan en el sobreendeudamiento de los países, que tendrán que devolverlos porque se basan en créditos. En otras palabras, los fondos Next Generation EU tienen que ser financiados por los países que los piden: son una deuda. Por eso tienen un fin concreto: transformar la economía europea haciéndola más digitalizada, verde, productiva, innovadora y eficiente.

Ni el gobierno español ha explicado esto, ni la oposición parece haberse enterado. Los fondos no deben llamarse ‘de resiliencia’ porque significaría volver a la situación previa, no a una economía transformada. Si no renovamos la economía, volveremos al punto de partida, pero con una deuda pública enorme: la de las gestiones contra la pandemia, más la de los fondos Next Generation.

Para acceder, los países menos fiables han de acometer reformas impuestas por los más serios de la UE. Por eso España está realizando con urgencia la reforma de las pensiones, la laboral o la contratación pública a través de la plataforma digital, todo ello exigido por los noreuropeos. Sin embargo, no se ha explicado la relación directa entre esas reformas y el acceso a los fondos Next Generation EU. Hay un pudor injustificado por ocultar que no se fían de nosotros y que España avanza bajo la tutela de los países norteños.

Entre todas las líneas establecidas, nuestras reformas estructurales se centran en: reducción del consumo de combustibles fósiles, mejora de la eficiencia de las viviendas, digitalización, optimización logística, nueva generación energética y reorganización de la administración.

La reducción de importaciones de gas y petróleo es positiva, a fin de reducir las salidas de divisas.La mejora de eficiencia de las casas es volver a viejos vicios, potenciando la burbuja de la construcción, y colocando materiales aislantes de origen francés y alemán. La digitalización mejora la productividad, rebajando los costes, pero es difícil con tantas PYMES y autónomos como tiene España. La digitalización de la administración está en marcha, ya que la contratación pública es obligatoriamente digital, pero excluye a funcionarios y empresas por la brecha digital. La logística se convirtió en un mangoneo que potencia a veces centros ineficientes, como Valladolid, gracias a políticos bien relacionados.

León afronta los Next Generation EU con el cataclismo de la generación renovable destruyendo los espacios naturales como protagonista. ¿Tienen los políticos leoneses una propuesta para nuestra región? ¿Hay proyecto leonés?
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