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Retomar el verdadero relato histórico

13/07/2021
 Actualizado a 13/07/2021
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En España, para bien o para mal, todos los intentos de conducir a nuestra nación hacia derroteros avanzados de convivencia han resultado, todos fallidos, unos más duraderos que otros, pero al fin y a la postre, los tejedores de la convivencia a través de las normas maestras del bienestar y la concordia que son las leyes, han dejado demasiado huecos y no se han resuelto problemas enquistados y agravados por las ideologías y la conceptuación de cómo se entiende la sociedad y su organización. Al final, casi todas han terminado en el enfrentamiento, la defenestración y la instauración de sistemas que no agradaban a unos y otros al mismo tiempo que abocaban en un poder autoritario.

Actualmente nos encontramos en los albores de algo similar que ya conocemos por la historia y por las narraciones de nuestros abuelos y padres que vivieron uno de los episodios más negros de nuestra historia como fue la guerra civil.

Creíamos que las espadas ya no estaban en alto y que se había enterrado el hacha de guerra pero ahí está la demagogia de unas generaciones que no han conocido la guerra, sus sinsabores y consecuencias nefastas en pérdidas de población civil y de jóvenes reventados en los frentes, hermanos al fin y al cabo de una España cainita que de vez en cuando tiene que sacar lo peor de sus genes para mostrar que la testosterona puede más que el entendimiento, el raciocinio y el diálogo respetuoso con el que tiene otras ideas.

Por eso no terminamos de comprender cómo no se les muestra a las generaciones de jóvenes la historia de nuestro país con actitud crítica para que comprendan que ha habido muchos aciertos pero que más se aprende de los errores, que también se cometieron, para que los ciudadanos y el gobierno de turno que los representa puedan desarrollar un programa político que devuelva el prestigio que en su momento tuvo España y que lo perdió por equivocar el rumbo basándose en una estructura y sistema caduco y debilitado por la convivencia equivocada, los egoísmos y la utilización de los términos de forma partidista antes que otorgar la voz al pueblo y saber lo que quiere, después de que se le den las herramientas para saber utilizar el derecho de elección.

Sería interesante conocer la trayectoria de vida de personajes importantes que intervinieron en momentos procelosos y difíciles de la Primera República, la Segunda República y las consecuencias políticas que se derivaron durante el estallido de la Guerra Civil y posteriormente de la Transición y la época actual.

Lo decimos porque creemos que la Historia es necesario conocerla y tratar de no politizarla, narrar los hechos con una objetividad saneada, investigar con el sosiego que proporcionan los hechos pretéritos, exigir que toda la documentación esté a disposición de los investigadores sin distinciones ni prebendas y proceder a la publicación de todo aquello interesante que salga de esos trabajos, porque todo redundará en beneficio de aquellos que deben afrontar el relevo generacional y los puestos de mando en la nación en la que viven.

Sería una forma de llegar a acuerdos y debates serenos, no de echarse los muertos, errores y venganzas crueles que ya sabemos que cuando se dispara la espoleta del odio y el enfrentamiento son imposibles de detener.

Ahí estamos y trataremos de proceder si es posible a desentrañar lo que querían algunos de aquellos hombres que incluso se vieron abocados a muerte violenta debido a la incomprensión y la falta de piedad de personas que sólo administraban el odio con el que construyeron un lienzo que sirvió para que, pasado cierto tiempo, se continuara con el deseo de remover las ascuas cainitas por algunos que sólo anhelan ocupar sitial, coche oficial y sueldo astronómico.
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