Renting o leasing, ¿qué te interesa más como empresa?

L.N.C.
14/09/2021
 Actualizado a 14/09/2021
Muchos empresarios, autónomos y emprendedores se preguntan frecuentemente qué es más ventajoso para sus empresas a la hora de adquirir bienes muebles o inmuebles. ¿Leasing o renting? La respuesta a esta interrogante es múltiple, puesto que todo varía en función a cada caso. Normalmente, el renting está más orientado al corto-medio plazo, mientras que el leasing interesa más cuando lo que se pretende es adquirir de forma definitiva el bien que se alquila.

En función a cada caso en particular, lo más inteligente es contar con un buen simulador de renting y leasing. Los simuladores de leasing te permiten conocer, antes de adquirir nada, los gastos generados por los intereses del alquiler de unos determinados equipos, ordenadores, maquinaria, locales etc. Usando una buena calculadora de leasing y renting podrás saber, en todo momento, cuanto te vas a gastar mensual, semestral o anualmente en tus bienes o equipos y sopesar el tipo de contrato de alquiler que te resulte más ventajoso.

La diferencia principal entre estos dos tipos de alquiler, consiste en que, mediante el leasing, al finalizar el contrato podrás adquirir el bien que alquilas a un precio inferior al actual del mercado. Los contratos de renting solo son un tipo de arrendamiento donde el titular o arrendatario no accede nunca a la propiedad del bien al finalizar el acuerdo. Eso sí, mediante el renting disfrutarás de otros servicios de los que no nos podemos beneficiar mediante el alquiler convencional, como los servicios de mantenimiento, reparación o sustitución en caso de avería de los equipos.

Principales diferencias y semejanzas entre renting y leasing


El leasing es un arrendamiento financiero que suele durar entre dos y seis años. Al finalizar el contrato el arrendatario puede adquirir el bien al arrendador pagando una cantidad de dinero estipulada en el contrato. Las cuotas de leasing suelen ser inferiores a las del renting, puesto que los contratos son más longevos en el tiempo.

Otra diferencia fundamental es que el leasing está generalmente orientado para empresas y autónomos. El renting, por contra, normalmente es accesible al público en general. En los contratos de leasing, por lo general, el arrendatario se hace cargo de todos los gastos que puedan surgir por mantenimiento o avería de los equipos que adquieran. Por el contrario, en la gran mayoría de arrendamientos financieros de renting que existen en la actualidad, los gastos de mantenimiento corren a cargo del arrendador.

Tanto el leasing como el renting ofrecen grandes ventajas fiscales para los que adquieren un bien mediante este tipo de contrataciones. Esto último suele ser un gran aliciente para los empresarios y autónomos a la hora de adquirir o renovar sus equipos, puesto que dichos bienes no formarán parte del activo en el balance de contabilidad. Además, en ambos tipos de contratación se puede disfrutar de los bienes que se alquilan sin necesidad de realizar un elevado desembolso monetario inicial. Simplemente tendrás que pagar unas pequeñas cuotas mensuales, semestrales o anuales; disfrutando desde el primer momento del bien adquirido y amortizando dichas cuotas con el fruto de tu trabajo.
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