"Que viene el presi, pídele 20 camas y el coche"

El presidente de la Diputación visitó el centro de educación especial Sagrado Corazón, donde charló con los internos y firmó con Asprona la ampliación de la cesión de espacios

Susana Martín
13/11/2015
 Actualizado a 08/09/2019
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Ilusionados y con mucha expectación recibían este viernes los cincuenta residentes del centro de educación especial Sagrado Corazón al presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, a quien habían preparado algunos de los regalos que elaboran en los talleres de Asprona.

Majo firmó un convenio con el presidente de Asprona para la cesión de espacios en el Sagrado Corazón Vestidos ‘de domingo’ con sus mejores galas  y emocionados por la visita, se daban codazos cuando llegaba Majo. «A ver en qué coche viene», decía uno. «Que viene el presi, acuérdate de pedirle las 20 camas y el coche», le decía otro a un compañero. Pero Jesús Ángel se puso nervioso cuando tuvo delante al presidente y se lió un poco: «Juan, yo quiero una cama... ¡y 800 euros!», le dijo. Los compañeros, de entre 24 y 67 años, contaban luego que necesitan nuevas camas en el centro y un coche nuevo para los desplazamientos al médico.

– ¿Y los 800 euros, para qué son?
– «Esos son para mí, para llevarlos al banco», respondía entre risas Chechu, que tampoco perdió la ocasión de arrimarse a la diputada de Asuntos Sociales, Manuela García, para pedirle «una tele de 9.000 pulgadas para ver al Barça».

40 trabajadores atienden con mimo al medio centenar de discapacitados intelectuales del centro Cariñosos y felices como niños, no hubo interno que no quisiera sacarse una foto con el presidente Majo, ni faltaron tampoco los que querían charlar un rato con él y saludarlo. «El presi es de mi pueblo, que es de Velilla y yo de Cimanes», contaba Rosana, mientras Alberto le decía a Majo que este sábado es su cumple, «y cumplo 14», aunque en realidad se quitaba años entre risas porque hoy soplará 36 velas. Victoria quería contar que ella es de la montaña, y Juani le insistía a Majo que el coche nuevo tenía que ser blanco.

Tras el recibimiento de los residentes («son mundiales», decía Majo»), el presidente de la Diputación firmaba en el centro un convenio con Asprona para la cesión de espacios en el Sagrado Corazón. A su lado, el presidente de Asprona, José María Martínez Muñoz, la diputada Manuela García y la directora del centro,  Eugenia Vélez.

Tras la firma, el presidente de la Diputación y el de Asprona visitaron las instalaciones del centro de educación especial, que cuenta con cuarenta trabajadores, y comprobaron junto a los residentes algunas de las últimas obras de mejora para la eliminación de barreras arquitectónicas, en las que la institución ha invertido más de 122.000 euros.

Visitaron el gimnasio –donde Alberto reconoció que mientras practicaban yoga él aprovechaba para dormir–, los nuevos cuartos de baño, la sala de baile o el nuevo elevador de acceso al centro.

La mayoría de los residentes del Sagrado Corazón se trasladan durante el día al centro de Asprona de Quintana Raneros para participar en distintos talleres. De vuelta al centro, disponen de gimnasio y otras actividades de esparcimiento con las que se muestran encantados.

«Venid a vernos otro día», se despedía Elena entre besos, «¡y feliz navidad!».
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