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"Que te dejó por asquerosa"

26/05/2019
 Actualizado a 18/09/2019
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Estoy de reflexión y ya me duele la cabeza, no estás hecho a la cosa y ya se sabe que «al que no está hecho a bragas, las costuras le hacen llagas».

Que yo en teoría político-filosófica me quedé en Getino, cuando la buena mujer clamó al cielo cuando supo que el su Ramón ingresaba en la Junta Vecinalcomo suplente del segundo vocal: «¡Ay España España, en manos del mí Ramón». Que sí le veía yo acomodo a lo de ahora, pero como estamos en jornada de reflexión resulta que no os lo puedo contar ahora. Para otro día.

En Getino, el mundo es como un pueblo pero en grande, siempre fueron críticos con el sistema y cuando en vez de Ramón entró Jesús pues tampoco les hacía avío y a este hasta lo llevaron a la copla, aquella que decía: «A resultas del turbión / en el pueblín de Getino / han hecho presidente a Chus / ¡¡¡Dios, qué desatino!!!».

Que no están contentos con nada, que cuando no les falta el pan les viene a faltar el hambre, que también le veo asiento yo ahora en lo que está «ucediendo», como decían los críticos de mi pueblo cuando todo lo que se cocía lo amasaba la ucedé de Suárez el listo, no el de ahora (esto último bórralo, que estamos en reflexión).

Vuelvo al suco, que me esnorté. Reflexionaba yo en lo tocante a cómo podía ser que todos los candidatos fueran a cerrar la campaña a Cistierna, que yo tengo piruleada esa comarca y está bien, no hay que lo negar, pero tampoco es para volverse loco. Hasta que hoy reflexionando las noticias encontré la solución, cuentan allí que un candidato de la villa le tiene enganchada la luz sin pagar a Iberdrola. Y, claro, marcharon todos para allí a contrarrestar el prestigio que este hombre iba a ganar cuando se supiera que había engañado a Iberdrola. Como Julito El Rebeco cuando engañó al cura del pueblo en una obra en el campanario y le llovían las solicitudes para que fuera trabajando por toda la comarca.

Son esas situaciones en las que no te queda más remedio que acudir a lo que le hacía Cecilio a Conchina cuando la quería sacar de quicio y le decía: «¡Asquerosa, asquerosa, que te dejó el marido por asquerosa!».
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