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"Puto peón" (I)

23/02/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Si por ejemplo el jefecillo de turno se levanta con ganas de faltarte al respeto, de humillarte hasta extremos insoportables o insultarte porque se le pone a él en las narices, ¿se supone que a ti te toca tragar?

Si te llama «paleto», si te desprecia hagas lo que hagas, si se le va la olla y te llama «puto peón», o inútil, o gilipollas, o te dice que no te mereces ni la mitad del sueldo que te pagan, ¿te jodes?

La paciencia del ser humano puede llegar hasta límites brutales, lo voy descubriendo con el paso de los años. Uno siempre aguanta un poco más, resiste y sobrevive incluso aunque tantas putadas le resulten una tortura, porque lo son. Pero todo pasa, hasta la pena, hasta el dolor infinito.

Ahora resulta que en la Diputación de León, donde llevan años luciéndose en el capítulo de Personal tirando de las arcas provinciales –¡bien de pleitos, que ya los pagamos los ciudadanos!–, han abierto expediente a un tipo cuyo delito fue recibir el guantazo deuna ‘compañera’, que le arreó por detrás. Hay una discusión, hay insultos contra él, le agreden y de postre se lleva un expediente (de momento, informativo) a petición del jefe de servicio...

Como el asunto viene ‘muuuuy’ de atrás y lo bueno es el que el tiempo (y sobre todo las pruebas, y el Juzgado) tienen el poderío de ir colocando a cada uno en su sitio, iremos viendo los detalles de un caso con mucha miga. Tristemente, uno de muchos.

Y una se pregunta, ¿qué ocurriría si la agresión la hubiera sufrido una mujer? ¿Sólo nos interesan las víctimas femeninas?
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