Secundino Llorente

¿Por qué hemos sido tan insensatos?

17/09/2020
 Actualizado a 17/09/2020
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«Hola, Secun. Otra vez me gustaría contarte algo para que publiques lo que estoy sufriendo cada día en este hospital de Madrid. Nunca imaginé que pudiéramos llegar a ser tan insensatos y volver a caer en este precipicio. Cuando te escribí en abril yo estaba contagiada por la Covid-19. Pasé un mes de baja hasta dar negativo en la prueba. Fue muy duro para mí, pero ya he vuelto al trabajo en junio. En ese momento todo estaba en calma en mi querida UCI y me obligaron a coger mis vacaciones «para estar disponible en la segunda oleada». Así me lo dijeron y no podía dar crédito a su seguridad de volver a las andadas. Estuve todas mis vacaciones en León con la familia tratando de predicar mi terrible experiencia con el único fin de que fueran prudentes, pero ni yo ni todos los medios de comunicación conseguimos concienciar a la juventud. Se veía venir. En el mes de agosto y septiembre se han ido ocupando día a día las camas del hospital y la UCI. ¡Qué locura! ¡Qué barbaridad! Otra vez igual que en marzo o peor. No me puedo creer que hayamos vuelto a este terrible panorama. No te haces ni idea de lo que hay aquí. Escríbelo con letras muy grandes en tu artículo para que se enteren todos. Yo me disfrazo cada día y entro fingiendo y disimulando en la sala, aunque se me cae el alma a los pies al verlos sufrir. Les cuento chistes, les sonrío bajo la mascarilla, les acaricio con la mirada, hasta les canturreo para hacerles ver que no están solos y que estoy con ellos. Es difícil describir con palabras mi trabajo a veces tan estresante y rápido que puedo sentir cómo se aceleran mis pulsaciones. Paso de entubar a un enfermo a reanimar a otro que no puede respirar o se te caen las lágrimas al darte cuenta de que el paciente de la cama de al lado, aunque lo intentamos todo para salvarle, se nos fue de las manos. Esa es la realidad. Por eso muchas noches al llegar al parking me meto en el coche y me pongo a llorar. Es el único modo de soltar las emociones y el estrés de todo el día con mis pacientes. Me seco los ojos, voy como una zombi conduciendo hasta casa, me ducho y abrazo a mi familia con miedo al contagio y como si nada hubiera ocurrido ese día. Y a dormir pronto porque al día siguiente hay que volver. Dios mío, ¿por qué hemos sido tan insensatos? Secun, díselo a todos los alumnos y exalumnos de nuestro querido Lancia. Díselo a todo León. Tenemos que tomarlo en serio. Un abrazo, avísame cuándo salga publicado. Y, por favor, aunque sea difícil para ti, no me descubras. Algunos excompañeros me preguntaron si era yo la enfermera de tu artículo. La sorpresa al final».

Tengo que reconocer que este whatsapp me ha impactado más, si cabe, que el que me enviaste en abril en el que reflejabas la triste realidad en las UCI y tu enfermedad. Hoy lo que más me impresiona es tu miedo al inminente colapso de los hospitales y tu rabia porque hemos sido tan insensatos que no hemos atendido a las advertencias de las autoridades y el mundo sanitario. Estos médicos y enfermeros lo dieron todo en la primera oleada, incluso muchos su propia vida, y no sé si les quedarán tantas fuerzas para enfrentarse a la segunda. Mi querida alumna y enfermera, admiro tu vocación y profesionalidad, admiro tu dedicación haciendo de tripas corazón para que tus pacientes no se den cuenta de tu tristeza y estrés. Es digno de encomio lo que estás haciendo y eso sólo es posible por amor a tu profesión y a los enfermos. Gracias en nombre de todos y un aplauso. He podido ver en las camisetas de todos los jugadores de la Champions la palabra ‘gracias’ dedicada a los sanitarios en todos los idiomas. Mi sorpresa final es que pondré tu nombre y, si me lo permites, tu foto en mi camiseta detrás de ese ‘gracias’.

Por otra parte, tu whatsapp está en la misma línea de lo que comenta todo el mundo sanitario español: «Si no establecen nuevas medidas coordinadas, rápidas y eficaces para frenar el coronavirus, hay muchas posibilidades de volver a situaciones asistenciales tan terribles como las que vivimos en marzo y abril». Los médicos están muy preocupados por el aumento de diagnósticos de Covid-19 en los centros de salud, hospitales y unidades de cuidados intensivos y esto puede llevar a corto o medio plazo a un nuevo colapso de la sanidad. Advierten a todos, pero principalmente a los jóvenes, de que si no se cumplen estrictamente las medidas de prevención adoptadas por las autoridades sanitarias: utilizar siempre las mascarillas, mantener la distancia de seguridad, lavado frecuente de manos y evitar las aglomeraciones, corremos un grave riesgo de volver a la situación del estado de alarma. Además, estas sociedades médicas avisan a las autoridades de que los profesionales sanitarios deben disponer de material sanitario: equipos de protección individual, pruebas, fármacos, ventiladores, etc. Y para no vernos en la situación de desabastecimiento de personal vivido durante los primeros meses de la pandemia es imprescindible contratar los sanitarios necesarios.

Muchas gracias, mi querida alumna y enfermera, por tu información totalmente en línea con tus compañeros de profesión. Muchas gracias por tu profesionalidad, vocación, dedicación y amor a tus pacientes. Yo entiendo perfectamente tu rabia y espero que también la juventud la entienda. Ojalá espabilemos pronto para evitar la segunda oleada. Muchas veces yo me hago tu misma pregunta: ¿por qué hemos sido tan insensatos?
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