Por los montes de Pedrún y Pardavé

Las montañas son más suaves y los caminos pedregosos

Vicente García
22/02/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Valle del Fernar con La Robla al fondo. | VICENTE GARCÍA
Valle del Fernar con La Robla al fondo. | VICENTE GARCÍA
Antes de las altas cumbres y escarpadas murallas calizas de las Hoces de Vegacervera se encuentra un territorio de cumbres suaves pero elevadas hechos de material sedimentario, tierra y cantos rodados sobre todo. Son zonas de cuestas más suaves y carentes de paredes verticales, con bosques de varias especies arbóreas: pinos, robles o encinas, que se van sucediendo de acuerdo con el lugar y sobre todo la orientación del terreno.

La ruta va a transitar por una zona existente entre las cuencas del río Torío y el Bernesga, zona de aprovechamiento forestal en muchos de sus enclaves por lo que se han abierto muchos caminos y es importante ubicarse bien en ellos si no se desea salir en un lugar lejano.

Los edificios del apeadero de Pedrún se dedican en estos momentos a bar donde hay actuaciones musicales y actividades culturales interesantes, por lo que se puede iniciar o sobre todo finalizar en el mismo.

La ruta comienza en el apeadero de Pedrún, siguiendo paralelos a las vías unos metros para cruzarlas en dirección oeste, hacia el valle del arroyo Pardemillera, por donde se va a seguir durante poco más de medio kilómetro. Allí hay un desvío hacia la derecha entre pinares, es un camino que sube un fuerte desnivel de más de 50 m. en menos de trescientos metros, hasta alcanzar un cortafuegos que avanza loma arriba. Donde se une el camino al cortafuegos se ve que sigue directamente hacia abajo, pero sin posibilidad de avanzar por él, mientras que el amplio camino va a seguir subiendo entre robles jóvenes a lo largo de la loma haciendo varias curvas grandes que superan la parte superior de un arroyuelo para más tarde acabar en un camino que cruza de este a oeste en el alto del Barcayo. Se sigue por ese camino unos metros hacia el oeste para tomar el desvío a la derecha inmediatamente después, siguiendo por la parte alta del monte, dirección noroeste hacia los Cantos Rasos, donde se encuentra un desvío a la derecha que no hay que tomar, mientras que el segundo, otro amplio camino perpendicular al que se trae, se gira a la derecha.

Este nuevo camino hace de linde entre las cuencas del Bernesga y el Torío. Hacia el noroeste se puede ver la localidad de la Robla, mientras que bajo el camino se ven los pueblos del Fenar: Rabanal, Candanedo, Solana y Robledo, al fondo la estación de Matallana.

Solamente hay que subir unos metros más para llegar al alto, que no es una cima montañosa sino el cambio de rasante en el camino, en el que se ubica un vértice geodésico, se trata del Canto de la Parra, de 1.244 metros, con vistas a las montañas cercanas, como el Cueto de San Mateo, el Machacao o Fontún y el Pico Polvoreda.
Desde el alto se desciende por un pindio desnivel hasta llegar al camino de regreso que será el que sigue hacia la derecha y que sube por una zona quemada con buenas vistas a las montañas y las zonas mineras del norte. Al llegar a la parte más alta de ese camino comienza un suave descenso hasta llegar a un cruce hacia la izquierda por donde se baja con mayor desnivel para llegar al valle de San Andrés, en cuya cabecera hay un nuevo cruce de caminos: el de la izquierda baja paralelo al arroyo y el de la derecha mantiene la altura rodeando todos los vallejos y al final baja de golpe toda la cuesta desde casi el alto del Barcayo. Los dos caminos van al mismo lugar, a Pardavé, pero el del valle es más sencillo y baja entre encinas que dan buena sombra en el verano.

Al llegar a la entrada de Pardavé, si se desea se puede pasear por el pueblo, pero siempre hay que volver al camino que va a la derecha paralelo a la vía y que entre chopos va llegando a Pedrún en cuyo apeadero finaliza la ruta.
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