Por las tierras de Ordás

Una ruta entre antiguas poblaciones de abolengo dominadas por la torre de Ordás

Vicente García
27/09/2019
 Actualizado a 27/09/2019
Montañas desde la Barrosa. | VICENTE GARCÍA
Montañas desde la Barrosa. | VICENTE GARCÍA
La Tierra de Ordás es una comarca leonesa que tuvo gran importancia en la época de la repoblación llegando a «realengo» por los privilegios concedidos por la corona, y donde se ubicaron varias órdenes monásticas, a pesar la las incursiones musulmanas.

Hoy su centro de comarca, Santa María, que tuvo varios bares, no dispone de ninguno y hay que acercarse a Callejo para encontrar el más cercano.

La ruta que se presenta se basa en la elaborada por Cuatro Valles, de nombre ‘La Tierra de Ordás’ que se encuentra muy bien señalizada, aunque convendría dar un repaso a determinados postes que están en el suelo o en un  equilibrio muy precario.

Da comienzo la ruta en la localidad de Santa María de Ordás, desde donde hay que salir en dirección noroeste, cruzar la carretera que viene de Callejo de Ordás y seguir por el viejo camino de Formigones que discurre por el valle del arroyo del mismo nombre.

El camino va a través del bosque, lo que lo hace interesante para el verano por lo sombrío y es muy entretenido, pues a veces se encuentran praderas en sus cercanías. Tras casi dos kilómetros de marcha se deja el camino y se toma un sendero que comienza a ascender suavemente, remontando el valle para pasar a través de la mancha de encinas del Rebollar y seguir, ya por camino más despejado, hacia la primera localidad de la ruta: Villapodambre, aunque la ruta de Cuatro Valles no llega al mismo sino que sigue por un camino bajo el pueblo, en esta ruta que se propone, se pasa por las calles asfaltadas de Villapodambre, para salir por la carretera y enlazar con la ruta poco después, llegando a continuación por camino vecinal asfaltado a Formigones, donde hay una fuente, una interesante iglesia, y cerca de ella sale el camino que , con buenas vistas al pueblo, hacia la Barrosa, un terreno con algunos árboles pero que suele estar encharcado. Si uno sale al llano existente  en la parte más alta se pueden ver las montañas circundantes de los Amargones y Peña Portilla y abajo la localidad de Formigones.

El camino continúa y comienza el descenso del desnivel que se ha subido hasta el momento, en principio entre árboles, para continuar por zona más abierta, alternando las partes sombrías, con las más soleadas. Al final se baja a la vega y tras pasar unos abrevaderos en desuso, se sale a la carretera que va de Riocastrillo a Callejo, localidad donde se entra y se pueden contemplar sus casas bien cuidadas, así como la espadaña de la iglesia con su acceso al campanario. Se toma el camino que sube al lado del campanario y llega hasta una fuente. Desde allí se sigue hasta llegar a la carretera que se cruza y después ya se va por camino de tierra y tras cruzar el arroyo, en un cruce se sigue por la derecha que va a subir a la parte alta, para poco después llegar a otro cruce, donde se continúa recto por detrás de un monte solitario en cuya cumbre hay un repetidor, en la zona de las Floridas, y cuando el camino baja y se ve a lo lejos la Torre de Ordás, hay que seguir por la izquierda para llegar a la carretera, que no es otra cosa que un camino asfaltado, desde donde parte un camino que va hacia la Torre de Ordás, que se ha ido viendo en la bajada. Solamente diez minutos se tarda en hacer el corto recorrido hasta la torre, que representa el símbolo de la vigilancia para la defensa de la zona en tiempos peligrosos. Es un lugar abrupto y la torre domina toda la vega, lo que representaba conocer las posibles incursiones del enemigo y prepararse para hacerle frente.

Tras visitar la torre se vuelve hasta la carretera por el mismo camino y tras llegar se sigue el tramo final hasta entrar en Santa María por el lado opuesto al que se salió en el inicio, finalizando así la ruta.
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