Ponferradina 3 - 0 Fabril: 'Goleada terapéutica'

El conjunto berciano arrolló al Fabril para lograr su primer triunfo de la segunda vuelta y recuperar las buenas sensaciones / Yuri celebró su paternidad con un doblete

A. Cardenal
03/02/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Los jugadores de la Deportiva celebran el gol de Son ante el Fabril. | FRANCISCO L. POZO
Los jugadores de la Deportiva celebran el gol de Son ante el Fabril. | FRANCISCO L. POZO
No hay mejor medicina en el deporte que la victoria. La Deportiva mostró síntomas de mejoría ante el Guijuelo, pero el empate hacía temer un diagnóstico precoz y una posible recaída, miedos que espantó de un plumazo a base de goles.

El conjunto berciano arrolló a un Fabril (3-0) que pagó los platos rotos de la mala racha de la Ponferradina y salió del Toralín aún más colista. La diferencia de calidad entre ambos equipos quedó patente desde el principio. Con los de Jon Pérez Bolo recuperados ya de la pájara de la cuesta de enero, solo hubo un equipo sobre el césped y los tres puntos nunca corrieron el riesgo de volar del Toralín.

Todo es más fácil con Yuri extramotivado. Su reciente paternidad fue la mejor inspiración y la celebró por todo lo alto, con un doblete que allanó el camino de una victoria terapéutica –la primera de la segunda vuelta– que selló Son en la recta final y que permite recortar distancias con la cabeza de la tabla tras los empates de Fuenlabrada y Atlético B.

El ariete y el lateral se llevaron los focos, pero la ovación de la tarde fue para Matthieu. El francés volvió a ser el revulsivo de una Ponferradina que parecía tocada hace solo un par de semanas y firmó un partido sobresaliente, un trabajo que un Toralín en pie le reconoció tras su sustitución.

Galones para Larrea


Una semana ha necesitado Larrea para conquistar a Bolo. Tras una temporada y media en Los Pajaritos tratando de convencer, sin éxito, a Arrasate y López Garai, el centrocampista se estrenó como titular por la vía rápida, una muestra de confianza que tardó poco en justificar.

El madrileño asumió galones dese el principio. Ágil e inteligente con el balón y comprometido sin él, encajó a la perfección en una Deportiva ‘renacida’. Y es que lo de Guijuelo no fue un espejismo. Tras varias semanas en las que el conjunto berciano parecía haberse desinflado, en tierras charras recuperó el alma y ante el Fabril salió enchufado.

Resulta imposible no hacerlo con Pichín y Matthieu. El ex del Rayo Majadahonda parece haber dejado atrás los baches físicos que le han lastrado durante todo el invierno y cada aparición del francés es un pequeño ‘tirón de orejas’ para un Bolo que lo mantuvo en un segundo plano durante demasiado tiempo.

Con una presión mucho más intensa y ‘chispa’ entre líneas, los blanquiazules se hicieron con el timón del choque desde el primer minuto y encerraron al filial gallego, incapaz de superar la presión local.

Los visitantes trataron de mantener su estilo pese al empuje berciano y lo pagaron caro. Tras coquetear con el ‘harakiri’ más de lo aconsejable, Matthieu terminó haciéndose con un balón tras una mala salida de la zaga y dejó a Yuri mano a mano ante Cobo. El brasileño, con todo el tiempo del mundo, no perdonó y celebró su reciente paternidad de la única manera que sabe, destrozando porterías.

El tempranero tanto del ‘pichichi’ del grupo I permitió ver a una Ponferradina mucho más suelta, triangulando con soltura gracias al dinamismo de las bandas y la pausa de Jorge García en el enganche. El vasco se asoció con todo el mundo y también echó una mano en tareas defensivas, un desahogo para una medular mucho más entonada corriendo con el balón que detrás de él.

La mejoría fue global. Son y Ríos Reina volvieron a ser puñales, Sielva recuperó el timón y la zaga mantuvo bien atado al ataque gallego. Así las cosas, el segundo gol solo fue cuestión de tiempo. A diez minutos del descanso, en su enésima cabalgada por la banda, Pichín puso un balón medido a Yuri, que lo bajó con el pecho y fusiló a Cobo para encarrilar el partido.

Susto y sentencia


El paso por vestuarios no cambió el guión. La Deportiva volvió a salir totalmente volcada hacia la portería gallega y las ocasiones no tardaron en llegar, aunque esta vez el primer aviso serio fue del Fabril.

Tras un buen remate de Sielva a la salida de un córner y un gran pase de Larrea que de no haber estado en posición adelantada, hubiera dejado a Yuri con todo a favor para sellar su ‘hat-trick’, Gazzaniga apareció para detener un disparo a bocajarro de Abeledo que hubiera devuelto a los coruñeses al partido.

Fue un toque de atención. La Ponferradina subió revoluciones en defensa ante el paso delante de un Fabril que no creó peligro más allá de alguna acción aislada a balón parado y buscó el tanto que matase definitivamente el partido.
Bolo también movió ficha desde el banquillo. El técnico, con la entrada de Isi en lugar de Jorge García, centró la posición de Matthieu, un comodín –o un as– que dio mayor libertad de movimientos a Larrea.

A veinte minutos del final llegó la sentencia. Tras plantarse en la frontal del área, Son levantó la cabeza y al ver a Cobo ligeramente adelantado se inventó una vaselina que sorprendió al guardameta y se coló por la escuadra, el mejor broche a un partido que devuelve a la Deportiva a la senda del triunfo.
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