Ponferradina 0 - 1 Salmantino: 'La peor versión, en el peor momento'

La Deportiva sufre su primera derrota de la temporada en El Toralín ante el Salmantino, que rentabilizó el gol tempranero de Owusu y destapó las carencias de los bercianos

A. Cardenal
20/01/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Isi trata de robar un balón durante el partido ante el Salmantino. | FRANCISCO L. POZO
Isi trata de robar un balón durante el partido ante el Salmantino. | FRANCISCO L. POZO
La Deportiva eligió el peor momento para mostrar su peor versión. El conjunto berciano cosechó su segunda derrota consecutiva, la primera del curso en El Toralín, ante un Salmantino que logró desesperar a los blanquiazules y dominó el partido de principio a fin.

Tras allanar el camino con el madrugador tanto de Owusu, los visitantes lograron desarmar a la Ponferradina quitándole el balón y convirtiendo el centro del campo en un laberinto, tanto en ataque como en defensa, del que los bercianos no supieron salir.

Prueba de ello es que no fueron capaces de generar una ocasión clara en noventa minutos y nunca dieron la impresión de agobiar a un rival que apenas sufrió. Con demasiados balones colgados sin ningún tipo de criterio y un ataque en busca y captura, la Deportiva no tuvo paciencia, fútbol ni las armas necesarias para darle la vuelta a un partido que se convirtió en un interminable querer y no poder.

Yuri no fue suficiente


Si algo no se le puede reprochar a Yuri es su compromiso. El brasileño siempre da la cara y pese a los problemas físicos que sufrió durante la semana, no se arrugó y forzó para no perderse un duelo que tras los últimos tropiezos a domicilio y con cada vez más invitados a la fiesta del ‘playoff’, se antojaba fundamental para espantar las dudas.

Junto al ‘pichichi’, Bolo optó por su guardia pretoriana. Saúl regresó al mediocentro tras su sanción y Jon García, superada ya la lesión de rodilla que sufrió en el derbi, volvió a ocupar el eje de la zaga junto a Zabaco. También recuperaron la titularidad Jorge García e Isi en busca de mayor solidez para un once que había perdido su identidad en las últimas semanas.

Pese a la vuelta a los orígenes, a los blanquiazules les tocó volver a remar a contracorriente desde el principio. Owusu se disfrazó de Chevi y volvió a dejar claro que la defensa blanquiazul no atraviesa mejor momento aprovechando un balón muerto en área pequeña para fusilar a Manu García y adelantar al cuadro charro cuando se cumplía el minuto diez de partido.

El tempranero tanto del ghanés abría el escenario más peligroso posible y la misma duda sobrevolaba todo El Toralín, ¿es este el techo de la Deportiva?

Lo cierto es que así lo pareció. Si bien no era fácil lidiar con un rival que se encontraba muy cómodo agazapado esperando un contragolpe para aprovechar los espacios y la velocidad de Owusu, se vio una Ponferradina demasiado imprecisa y con muchas dificultades para abrir un hueco en la zaga salmantina.

Con Yuri justo de gasolina y Kaxe e Isi voluntariosos en la presión pero invisibles con el balón, solo Jorge García trató de poner algo de fútbol –sin suerte ni acierto– a una primera parte muy gris. De hecho, fue el Salmantino el que llegó con más peligro al área contraria, aunque pareció no querer –o no saber– hacer sangre ante un rival totalmente ‘KO’.

Sin reacción


Bolo trató de revolucionar el partido tras el descanso con la entrada de Bravo y Dani Pichín, una apuesta por la verticalidad ante la falta de ideas que mostró el ataque berciano durante los primeros cuarenta y cinco minutos.

No fue demasiado eficaz. Los blanquiazules confundieron intensidad con precipitación y el partido continuó por los mismos derroteros; con el Salmantino combinando con criterio y sin demasiado riesgo ante una Deportiva a la que le costaba un mundo robar cada balón y no conseguía tener la continuidad necesaria para meter el miedo en el cuerpo a los visitantes.

La entrada de Grande tampoco cambió el guión. Bolo quemó muy pronto todas sus naves en busca de una remontada para la que no faltó artillería, sino argumentos. Sin nadie capaz de asumir galones y generar fútbol en los últimos metros, los blanquiazules se estrellaron una y otra vez contra un Salmantino muy bien plantado que también supo defender su ventaja con el balón.

Ni siquiera el paso de los minutos y el conformismo de los charros, que dieron la sensación de poder haber hecho daño de haber pisado el acelerador, lograron despertar a una Ponferradina que parece estar desinflándose con el paso de las jornadas.
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