Planes de deformación

Francia, la que siempre se ha caracterizado por tener un buen nivel de educación con respecto a otros países, sin embargo, recientemente ha notado un importante retroceso en la calidad de la formación de sus alumnos aunque siga siendo uno de los países con mejor formación académica de nuestro entorno.

Algunos de los fallos más graves que cometen los muchachos franceses y que denotan el descenso en el nivel académico son la ortografía y el razonamiento matemático. Tanto así que incluso entre los universitarios galos los profesores han encontrado una gran cantidad de errores al momento de escribir y es lo que ha puesto en alerta al sistema educativo.

Leo que ante esa situación durante los últimos años el Ministerio de Educación consideró que era necesario volver a llevar a cabo los métodos de enseñanza del pasado y ordenó a los docentes que retomaran los dictados diarios, las lecturas en voz alta, los trabajos para calificar dentro del aula y los planteamientos de problemas matemáticos para agudizar las destrezas en el cálculo.

Vamos, lo que usted mismo hizo toda la vida en la escuela del pueblo pero que con las reformas educativas parecía anticuado y se eliminó en España mientras regalamos títulos que al muchacho en cuestión apenas le servirán para enmarcar y adornar un hueco en una pared de casa y aprobados que tampoco son tales, porque a pesar del nivel, ni a ese nivel llegan muchos.

Una profesora de instituto que ya era docente cuando yo estaba estudiando en la universidad, me hablaba de los planes «de deformación» para referirse a las distintas leyes educativas que desde hace cuarenta años vienen aprobando los gobiernos españoles con el objetivo de criar ganado y no una sociedad culta. Y si se para a pensarlo en profundidad, por desgracia, verá que es así.