‘Plandemistas’ vs. ‘Covidianos’

Me avengo conmigo mismo (y con ustedes, si me lo permiten) a entrar en el tema de las categorías con esto del coronavirus. Y propongo dos, ahora que lo binario está mal visto, por eso de meterle picante maniqueo.

La primera sería la de los ‘plandemistas’. Los representantes más conocidos son eso, tan conocidos, que me voy a ahorrar mencionarlos, pasión privada, adorado enemigo. Son los de la ‘plandemia’, los que ponen en cuestión cualquier cosa relacionada con la versión oficial del covid-19. En algunos casos, incluso, la propia existencia del virus. Los medios de comunicación y, por tanto, la opinión pública tienen otro nombre para ellos: ‘negacionistas’. Lo cual es una forma bastante fea de desvirtuar aquella voz, utilizada mayormente hasta hace poco para los filonazis de Occidente y del mundo musulmán que rechazaban la existencia de la shoah, un ‘complot judío’, según ellos.

Hubo un momento en que los ‘plandemistas’ se atrevían a expresar sus ideas en público, pero llevan un tiempo metidos debajo de una mesa y ni siquiera las últimas investigaciones sobre la posible salida del virus del famoso laboratorio virológico de Wuhan les han envalentonado lo suficiente como para plantarse a cara descubierta ante el ‘linchamiento’ social.

La otra sería la de los ‘covidianos’. Peña que le ha cogido gustillo a las medidas excepcionales para combatir la expansión de la enfermedad y que quiere que la situación se prolongue ‘ad infinitum’. Gente que defiende que hay que seguir usando la mascarilla en exteriores, que no se permita a las discotecas que vuelvan a abrir y que no ven problema en las actuales restricciones de aforo y de horario de los garitos, incluso cuando la totalidad de la población adulta y adolescente esté vacunada. Por ejemplo, el presidente de la junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara: en la pasada Conferencia de Presidentes en Salamanca propuso que, una vez superada la pandemia, se establezca la obligación de llevar mascarilla en espacios públicos, tanto interiores como exteriores, entre los meses de diciembre y marzo, y de forma permanente.

Esta segunda categoría anda más ‘engorilada’, sobre todo por los últimos repuntes en contagios en España tras el levantamiento del estado de alarma. Aunque bien es cierto que la demonización de los jóvenes y la fatiga general hacen que su consideración social esté en caída.

Sí, todos sabemos que la vida no es ni blanca ni negra, lo de las escalas de grises y esos rollos. Pero, ¿qué sería de esa misma vida sin los reduccionismos absurdos? Toca escoger: ¿es usted ‘plandemista’ o ‘covidiano’?