Pitonisas vs. encuestas

Creer lo que no se ve caracteriza la fe y hay quien ahí ve los rezos a las encuestas. No se ven pero definen. No creo que las matemáticas y la fe compartan el mismo lecho, pero es verdad que no se tocan y, por tanto, hay que creer, o no. Compro esa filosofía para dejar de lado los muchos números de los politólogos, sociólogos y otros ólogos, aunque me cueste que la adivina les coja terreno, tal vez por leer los posos del café tras largos años pasados por la universidad de la vida. La incredulidad es un criterio que hasta cierto punto y con la medianera de los intereses de unos encajados en la grieta central, puedo llegar a comprar. Por lo que no paso es por la intención de convencer al votante a base de rellenar su retina de banderolas y mensajes. Esto de los bautismos también es muy de fe pasada por la sartén de la política. Y venga otro lema y otro color y otra Monalisa que te persigue desde las ondas en las que se mueve cada opción colgada de las farolas. Sonroja pensar que alguien cree que a más papelotes más votos, que te pueden convencer a base de cansarte consigo mismos o con la musiquita de los molestos altavoces de feria con los que van dejando un reguero de humo mientras prometen hacer de Ponferrada una ciudad verde. ¿Nos compra una paella o un bollo preñao de campaña?Tal vez la consciencia y el discernimiento también tengan algo que decir en estos 15 días alocados de amigos nuevos que te regalan sonrisas sin medida, o no. Permitidme una llamada a la pitonisa Lola para aclarar conceptos.