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Personajes básicos

12/12/2014
 Actualizado a 07/09/2019
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Avueltas como andamos con la despoblación de los pueblos, salta a la vista que muchos personajes están desapareciendo del teatro que es la vida, donde representamos un papel según el público que nos atienda. Lo decía Erving Goffman, un sociólogo de la centuria pasada, que ya hablaba de las máscaras que cada individuo se pone a lo largo del día en sus relaciones con el prójimo. Una versión académica y fría de la máxima poética que nos sentencia a convertirnos en aquello que se refleja en los ojos de los que amamos.
Ternuras y literaturas al margen, es cierto que se pierden algunos personajes de este teatro, pero otros siguen aferrados a su papel, porque sin ellos la comedia se acaba y si no el telón ya no sólo se baja, sino que se cae con todo el equipo.
El cura sigue siendo el personaje más determinante y con más misterio. En mi pueblo está a tiempo parcial porque el negocio ya se le va de la manos ante la falta de personal. De hecho, unas semanas da él la misa y a la siguiente la dan un par de religiosas que acuden de forma misericorde para que las fieles no pierdan el sacramento. Además, ahora con la caída de la hoja y los cabos de año no da a basto, el pobre.
El otro es el maestro. La maestra más bien, que son mayoría. Ya no están en las escuelas del pueblo porque ahora las escuelas son bar, casa rural, consultorio médico o local donde va la peña a cubatear. Los niños ahora están estabulados en los colegios rurarles agrupados y la maestra ya no les mada amasar los sarmientos a los niños para atizar la pequeña estufa en los fríos días de febrero, ahora a la maestra le toca esperar a que los padres terminen de cosechar o lleguen de León para entregarles al niño y poder irse a su casa.
Y por último, no menos importantes, dos personajes claves, el alcalde y el tonto del pueblo que, como dice mi amigo Ingelmo y dice bien y con conocimiento de causa porque vive en Valladolid,muchas veces coinciden en la misma persona.
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