27/04/2016
 Actualizado a 14/09/2019
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Persevera, per severa, per se vera. En la viga grande del porche, con grandes letras negras, tengo grabado este retruécano latino, trabalenguas. Yo me suelo sentar a escribir en la mesa –hecha de un trillo de mi abuelo– y cada vez que levanto los ojos de la pantalla o del cuaderno, lo tengo delante, lo veo, me lo repito, lo hago mío, aprieto los puños y despejo las dudas con si fueran balones.

Persevera, per severa, per se vera. No es que deje de dudar, pero me convenzo de seguir trabajando, me empeño, insisto y, con un poco de suerte, muy probablemente, al terminar el día, haya dado con la palabra que buscaba y no encontraba. Porque lo cierto es que, cuando uno se empeña en algo, lo acaba consiguiendo y rendirse es el peor de los goles que te puedes marcar en propia meta.

Persevera en las dificultades por grandes que sean. Así se traduce. Cuando escribo y no hay manera de que salga el párrafo y estoy a un pelo de mandarlo a paseo, levanto la vista, lo leo y vuelvo a por ello. Me ayuda tenerlo delante, presente, como cuando tuve pintado en una pared de casa, del techo al suelo, SONRÍE, así, con mayúsculas y en imperativo, por si acaso me olvidaba, no fuera a ser que se me avinagrara el carácter.

A pocos horas de que el Atleti juegue uno de los partidos más importantes de su historia, vuelvo a escuchar la rueda de prensa de Cholo Simeone el día antes del partido de vuelta contra el Barsa: «Ser del Atleti es ser perseverante, luchar contra las adversidades y no dar nada por perdido y saber que hay rivales que son mejores que nosotros, esta es nuestra fuerza y lo que nos hace competitivos».

El Cholo está inculcando en el vestuario los valores que todos deberíamos aplicarnos en la vida: el valor del esfuerzo, del trabajo, del sacrificio. Saber que el bien común, el del equipo, está por encima de cualquier bien particular, porque en el común ganamos todos. Valores que no están muy de moda y que con sólo pronunciarlos uno se juega pena de arresto. Imagino cómo tiene que ser la arenga a los jugadores antes de salir al campo y yo también saltaría a jugar con el cuchillo entre los dientes. «Porque los partidos no los ganan los que mejor juegan, sino los que están más seguros de lo que hacen».

¡Aupa Atleti!
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