imagen-fernando-tascon-1.jpg

Pellizco de monja

13/02/2020
 Actualizado a 13/02/2020
Guardar
Todos sabíamos que las ayudas Miner fueron el ‘despiporre’, pero ha tenido que venir el Tribunal de Cuentas a confirmarlo; como hace siempre el Tribunal de Cuentas, a destiempo, y como ocurre siempre con el Tribunal de Cuentas, sin que el efecto de sus resoluciones sea más que un tirón de orejas que a los políticos, en realidad, les tira de otra parte del cuerpo que vosotros y yo sabemos. Hasta el sonrojo llega tarde. Todos somos conscientes de que aquellos fondos se dilapidaron, se cubrieron de escombro administrativo para dejar el menor rastro posible. Se construyeron ayuntamientos y edificios de usos múltiples, que no digo yo que no hagan falta, pero el paso de los años ha venido a demostrar que no han servido para más que para lograr un asiento más cómodo, acolchado y calentito para el alcalde de turno y sus consabidos concejales. Se compraron vehículos que han terminado en otros destinos diferentes a los inicialmente previstos, se diseñaron megalómanos proyectos turísticos que nunca terminaron de verse sobre el terreno, se gastaron los dineros, en pocas palabras, en lo que podía convertirse en voto fácil, no en lo que podía proporcionar empleo seguro en las lánguidas cuencas mineras. No hay que desmerecer los aciertos, que los hubo, como es el caso del recinto universitario de Ponferrada, pero los fondos para la reindustrialización de las cuencas fueron, en general, el mejor ejemplo del efecto ‘sálvese quien pueda’ a base de dineros ajenos, que siempre saben mejor que los que salen del bolsillo propio.

El problema va a ser, y si no, lo veremos, lo que hagamos con estos nuevos fondos que se esperan: los de la Transición Justa. Mucho nos tememos que de nuevo asistamos a un reparto con criterios demasiado flexibles, siempre favorables al que reparte, una distribución que permita a los políticos ir a la busca del voto ramplón a costa del erario público. Sospechamos que se produzca una rapiña organizada que, a la larga, solo les va a suponer a sus autores una reprimenda del Tribunal de Cuentas y una insulsa investigación en las Cortes de Castillla y León. Pellizcos de monja para castigar el pecado mortal del despilfarro y de la gula electoral.
Lo más leído