10/04/2020
 Actualizado a 10/04/2020
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Y a que la Semana Santa nos pilla con los pasos contados, se me ocurre que podríamos celebrarla sobrevolando León «con las alas del alma desplegadas al viento...» emulando la canción de Eladia Blázquez. Convertir la ciudad en lienzo, derramar acuarelas desde el aire formando estampas en las que una marea de nazarenos avance por las calles dejando estelas de colores con sus túnicas. Lo salpicamos con pinceladas de oro y plata, añadimos repique de tambores, emoción, luz de velas, cornetas y silencios. Y a lo lejos, sentimos un frenazo llegado desde el fondo de los tiempos. Genaro Blanco, pellejero y borrachín, acaba de morir bajo las ruedas de La Bonifacia junto al tercer cubo de la muralla, donde ahora le rinden culto una hogaza, aguardiente y una corona porque se ha enredado el tiempo, que no en vano estamos pintado un sueño. Y a la misma hora, La Ronda también se salta la cuarentena y recorre la noche al son de esquila, tambor y clarín, anunciando la Procesión de los Pasos que cruza la historia y viene del Gólgota a la Plaza Mayor y del alba, al emocionado Encuentro de la Dolorosa y San Juanín, recibidos por el silencio de las piedras.

Y con León convertido ya en un melancólico Jerusalén, pintamos la cofradía de las Angustias saliendo de Santa Nonia camino del Santo Entierro, siguiendo la ruta de los Cuatro Conventos a través de un Monte de Olivos asfaltado, con la Virgen y el Hijo muerto a hombros de braceros que llevan pasión y muerte bajo palio, con zancada pausada y cadenciosa, al son de tambores y cornetas que parecen llevarlos en volandas. Aunque hoy nada pesa, no hay goteo de cera en las manos de las manolas ni olor a incienso, ni lágrimas de cristal tallado. Sólo pesan las lágrimas vivas y los pasos no dados.

El Calvario del 2020 será historia porque fue real, el beso de Judas estuvo prohibido y la imagen de Pilatos lavándose las manos, fue plena actualidad. Una Semana Santa que el domingo rematará la Hermandad Jesús Divino Obrero con el Encuentro de la Virgen y el Cristo Resucitado ante la Pulchra Leonina, donde la Virgen cambiará el manto negro por el blanco y se soltarán palomas que volarán al son del Himno de la Alegría. Una imagen alentadora en un momento en que el mundo está enlutado, la alegría se ausentó y todos, creyentes y agnósticos, esperamos nuestro domingo de Pascua para desatar las alas y que las palomas porten mensajes de esperanza, aunque no pongamos el manto blanco porque nuestros caídos no regresan al tercer día. Por ellos y su vuelo…
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